lunes, 16 de septiembre de 2024

Personajes (LXXXIV)

     La voz que todos obedecían en Tara, mucho más que la de Gerald, pertenecía a su esposa, Ellen. Tenía 15 años cuando conoció al que sería su marido, en Savannah, su hogar. De ascendencia francesa, atrajo de inmediato al pequeño irlandés con sus ojos oscuros, nariz recta, voz dulce y suave y modales tranquilos y dignos.

    Para todos es la quintaesencia de la dama del Sur: orgullosa sin ser altanera, modales tranquilos, serena siempre, generosa y caritativa, tenaz y comprensiva. Una suave melancolía la rodeaba, producto del recuerdo de su primo Philippe, a quien la familia Robillard apartó de su lado por ser un tanto disoluto y que se llevó consigo todo el ardor del corazón de Ellen. Fue en este triste momento cuando Gerald apareció en su vida, y el señor Robillard, presbiteriano, prefirió concederle la mano de su hija antes que verla tomar los hábitos. Aunque Ellen y Gerald disfrutaron de un matrimonio feliz, ella morirá con el nombre de Philippe en sus labios.

    El tifus, una consecuencia más de la guerra y el empobrecimiento que llevaba consigo, segará la vida de Ellen. Lo contrajo al cuidar a los Slattery, blancos pobretones que moraban cerca de Tara, cuya hija Emmie mantenía relaciones con el capataz de la plantación, Jonas Wilkerson. Ellen, que atendía las dolencias de blancos y negros que a ella acudían, estaba debilitada por los grandes esfuerzos de aquellos tiempos, y su organismo no pudo con la enfermedad.

    Ellen era el apoyo de Escarlata, el ideal que ella quería alcanzar en ese “mañana” que nunca ha de llegar, ese patrón por el que también estaba hecha Melania. Sus días, en apariencia fáciles y tranquilos, no lo eran en absoluto. El mundo pertenecía a los hombres, sí, pero eran las mujeres como Ellen las que lo ponían en sus manos para que ellos disfrutaran de los beneficios. “... las mujeres, siempre buenas, afables y fáciles al perdón”, gobernaban las haciendas de sus maridos, amén de educar a sus hijos y cuidar de los esclavos, como madres eternas de todos los que estaban a su lado desde el momento de la boda y hasta el fin de sus días.

Un personaje tan destacado en la vida de Escarlata merecía contar con la mejor intérprete posible. Selznick la halló en Barbara O’Neil, pero no hemos de olvidar que sus primeras opciones fueron Lillian Gish (la “actriz favorita” del legendario D.W. Griffith y personificación de la dulzura, y que sería años más tarde la Laura Belle de Duel in the Sun (Duelo al Sol, K. Vidor, 46)) y la actriz y escritora Cornelia Otis Skinner (1901-1979).

lunes, 9 de septiembre de 2024

Se parece mucho a Rhett

     Una observación atenta nos lleva a reconocer a Rhett Butler unos minutos antes de verle en una escalera de Doce Robles.

    Está claro que el uso de DVD facilita el proceso, pues ya resulta difícil ver a otra persona que no sea Escarlata O'Hara (Vivien Leigh) mientras saluda a Frank Kennedy (Carrol Nye)...





lunes, 2 de septiembre de 2024

Novela negra... y nórdica

 En Asesinato en el Savoy, de Maj Sjöwall y Per Wahlöö, página 16:

“Su esposa, que había ido al cine, le estaba contando el argumento de Lo que viento se llevó.

La cosa iba para largo, pero Mänsson la escuchaba pacientemente… (…)

-Sí, entiendo. O sea, era Leslie Howard el que… ¿Ah, no? ¿Clark Gable? Vale…

Cinco minutos más tarde ella llegó al final, dando ocasión a Mänsson de soltar su mentira piadosa, colgando acto seguido.

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