martes, 1 de julio de 2025

Personajes (LXXXVIII)

     Suellen O'Hara.

    Segunda de las hijas de los O’Hara, bautizada como Susan Elinor. Como Carreen, también ella era buena alumna de las enseñanzas de Ellen y Mammy, mucho más que Escarlata. Suellen deseaba ante todo aparecer siempre atractiva y contar con tantos admiradores como su hermana mayor, con la que acostumbraba mantener discusiones y pequeñas peleas que con el paso de los años se harán mucho más graves.

    Suellen mantenía relaciones más o menos serias con Frank Kennedy y no soportaba las bromas sobre la indecisión de su cortejador, que todavía no había hablado con Gerald sobre sus intenciones, aunque todos suponían que acabarían por casarse.

    La joven cae enferma de tifus y sobrevive para encontrarse bajo el mando directo de Escarlata, que está dispuesta a que todos, sin excepción, trabajen en Tara. La “señorita Remilgos”, como la llama la hermana mayor en varias ocasiones, se niega a realizar tareas que considera degradantes para una señorita, lo que le proporciona la amenaza de unas cuantas bofetadas por parte de Escarlata, promesa que se hará realidad más adelante. Suellen no duda en fingir un desmayo para librarse de recoger el algodón, pero no consigue engañar a Escarlata.

    Suellen no podía soportar la pobreza a la que la familia se ha visto abocada, y su mayor placer era comprobar que el resto del Condado se encontraba en igual o peor situación que los O’Hara. El fin de la guerra le permite visitar a los vecinos y las localidades de Jonesboro y Fayetteville, para recoger sus imprescindibles cotilleos y alardear ante los que ignoraban cómo se vivía en la plantación.

    Las relaciones entre las hermanas se agravan cuando Escarlata se casa con Frank Kennedy mediante un engaño. Suellen no le perdona esa jugarreta, sobre todo porque se considera demasiado mayor para tener más pretendientes y ha de quedarse en Tara en lugar de trasladarse a Atlanta y poder gozar de los lujos que supone disfruta la gente de la ciudad.

    Ese afán por recuperar algo del antiguo esplendor la lleva a planear que Gerald pida una indemnización alegando que ninguno de los de Tara había luchado en la guerra en contra de la Unión; las visitas a los Hilton le dan la idea de convencer al anciano de que Ellen, desde donde quiera que estuviera, no aprobaría que Gerald dejase morir de hambre a su familia.

    Pero su plan falla en el último momento, y todo el Condado se entera de que Suellen ha roto el sólido frente que los sudistas presentaban a los vencedores.

    Para evitar que los vecinos la traten como a una leprosa social, Will Benteen se apresura a pedir su mano, porque los Wilkes tienen previsto marcharse y Carreen va a tomar los hábitos:

“Susele no es tan mala como usted se imagina, Escarlata. Creo que nos entenderemos muy bien los dos. Lo que necesita Susele es un marido e hijos. Al fin y al cabo, eso es lo que todas las mujeres necesitan”.

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.