El diario de Susan Myrick, la asesora sureña que trabajó en Lo que el viento se llevó, recoge, con fecha del día 17 de enero de 1939, el relato de cómo había conocido al actor Clark Gable, el intérprete de Rhett Butler.
Gable no le gustaba antes, pero Myrick cambió de opinión tras su primer encuentro. "Es dinámico, tranquilo, educado, humano...", escribió la consejera de las costumbres del Sur, que contó cómo se conocieron:
"Hoy conocí a Clark Gable. No hubiera merecido un párrafo por sí mismo porque nunca me había gustado. Pero me encantó cuando lo conocí. Es dinámico, tranquilo, educado, humano y justamente rebosando de ELLO. "¿Cómo lo hago?" Enamorándome del ídolo cinematográfico de un billón de mujeres. La secretaria de George, una encantadora chica llamada Dorothy Dawson, me llamó y me dijo si quería ir allí, por favor. El señor Gable estaba en la oficina del señor Cukor. Me empolvé la cara, fijé el pintalabios y allá fui. Allí se sentaba Dios en el sofá al lado de Cukor y, ante él, permanecían Lambert, de vestuario, Plunkett, del diseño de vestuario y dos otros hombres con sus libros de notas. Clark tenía una docena de dibujos frente a él. Se levantó en cuanto entré en la oficina, lo mismo que George, que dijo: "Señorita Myrick, este es el señor Gable." Murmuró "¿Cómo está usted?", pero él se adelantó, ofreció su mano, con su sonrisa y sus hoyuelos incluidos, y dijo: "Estoy muy contento de conocerla, señorita Myrick."
viernes, 17 de enero de 2020
Susan conoce a Clark
"Today I met Clark Gable. He would not have been worth a whole paragraph by
himself before today because I have never liked him. But I did like him when I
met him. He is dynamic, quiet, polite, human and fairly bursting with IT. …
“How’m I doin’? Falling for the movie idol of a billion femmes. George’s
secretary, a darling gal named Dorothy Dawson, called me and said would I come
in please. Mr. Gable was in Mr. Cukor’s office. I powdered my face, fixed my
lipstick and went in. There sat the God on the sofa beside Cukor and before him
stood Lambert, of wardrobe, Plunkett of costume design and two other men with
note books. Clark had a dozen sketches before him. He rose as I came into the
room – so did George – and G said ‘Miss Myrick this is Mr. Gable.’ I murmured
how do you do but he stepped forward, offered his hand, turning on the full
force of smile and dimple and said ‘I am so glad to meet you, Miss Myrick.’”
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