sábado, 29 de diciembre de 2007

Las cortinas de la señorita Elena

Las cortinas del salón de Tara, con las que Escarlata se confecciona un vestido que, espera, le ayude a convencer a Rhett de que le preste el dinero suficiente para pagar la contribución, ocupan un lugar preferente entre las más famosas del cine, junto con las de The Cobweb (La tela de araña, 1955) o la de la ducha de Psycho (Psicosis, 1960); en The Sound of Music (Sonrisas y lágrimas, 1965) y en Enchanted (Encantada: La historia de Giselle, 2007), se apela al mismo recurso que empleó Escarlata para darles un nuevo uso a las cortinas.

De terciopelo verde musgo, a juego con la alfombra sobre la que habían dormido los soldados al término de la guerra; su madre les había tenido mucho cariño, pero Escarlata no duda en arrancarlas con barra y clavos. Los patrones de Elena que dormían en el ático y la habilidad de todas las mujeres de Tara hicieron el resto en la novela, y la de Walter Plunkett y James Forney corrió pareja en la película: el terciopelo fue envejecido convenientemente para que se notara el paso de los años y el efecto de la luz solar sobre el tejido.

Uno de los episodios más recordados de The Carol Burnett Show (El show de Carol Burnett) es el fragmento titulado Went With the Wind (76), en el que se parodia Lo que el viento se llevó. En cierto momento, Burnett, que interpreta a "Starlett", preocupada porque "Ratt" Butler vuelve a "Terra" y ella no tiene nada que ponerse. La vemos descender las escaleras luciendo un vestido verde esmeralda que sólo pudo salir de las cortinas que hemos visto unos momentos antes, sobre todo teniendo en cuenta que "Starlett" arrastra tras de sí el riel. "Ratt" le hace un cumplido acerca del vestido y ella contesta: "Lo vi en la ventana y no pude resistirme" (Un juego de palabras, ya que "window" puede tomarse tanto como por "ventana" como por "escaparate").


Sin perder el buen humor, nos vamos a la biblioteca para nuestra referencia del día: Beverly West y Nancy K. Peske, en El mundo al revés (Ediciones B, Colección Tiempos modernos, Barcelona, 1997), no sólo "arreglan" unos cuantos finales trágicos de famosas novelas, sino que titularon su libro Frankly Scarlett, I Do Give a Damn!: A Parody : Classics Romances Retold, dándole la vuelta a la última frase de Rhett.

0 comentarios:

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.