Muy pocas de las personas implicadas en la producción de Lo que el viento se llevó pudieron emplear la frase favorita de Escarlata ,“Ya lo pensaré mañana” y dormirse en los laureles. Aguijoneados por Selznick y la cercanía del estreno, a partes iguales, artistas, técnicos y administrativos se vieron obligados a realizar jornadas maratonianas para que su trabajo estuviera terminado a tiempo y con la calidad que se les exigía. Es justo reconocer que todos cumplieron las expectativas.
Armando Seguso, por ejemplo, dispuso sólo de tres semanas para tener listas las imágenes que iban a emplearse para la promoción de GWTW.
Este retratista reclutado por la MGM estaba a las órdenes de Hall Burrows, jefe del departamento, y ambos seguían las directrices de Howard Dietz, que estaba encargado de la publicidad de la película. El gran ilustrador produjo varios modelos de carteles (que acompañaron a Gone With the Wind durante veinte años, hasta que hubo un cambio de concepto), los carteles más pequeños que solían colocarse en los vestíbulos de las salas (lobby cards), diversos artículos promocionales y, en especial, cuatro retratos de los protagonistas imitando óleos. Los originales de Seguso alcanzan, merecidamente, altos precios en las subastas; por suerte, las reproducciones son más fáciles de conseguir.
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