Las modificaciones en el guión durante el rodaje no son una rareza, ni hace 70 años ni ahora mismo, pero no dejan de causar cierta incomodidad, y el de Lo que el viento se llevó no fue ajeno a los cambios durante su larga producción. Los guionistas implicados no tenían la última palabra y los sucesivos directores no podían desviarse del texto que había sancionado el productor. Lo peor era que Selznick comunicaba sus decisiones en el último instante y echaba por tierra cualquier preparativo.
Para los actores, en especial para los que no eran partidarios de improvisar, debió de ser toda una tortura, como comentaba con cierta ironía Evelyn Keyes, años después:
Música de Película: Gladiator II
Hace 1 hora
2 comentarios:
Nunca me imaginé que un hombre tan genial para hacer una película fuese tan poco previsivo...Trengo la impresión de que ese hombre despierto y dormido, dedicaba sus noches a imaginar el curso de las escenas...Creo que pensaba y pensaba, y hasta cierto punto, ese ensayo y error en su mente fue lo que le dió la genialidad
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Ahhh...¡Cuánto te agradezco esa foto hermano!...es que a veces habemos algunos que somos más visuales que otros. Nuevamente gracias
A Selznick le costaba decidirse, y no estaba seguro de nada hasta el último momento. Ni dormía ni dejaba dormir... Él mismo lo sabía, pero no podía evitarlo; un día, un visitante en su despacho se disponía a abrir una puerta y Selznick le advirtió: "¡No abras ese armario! ¡Hay dentro hay tres secretarias muertas de agotamiento!"
Estaba a sus anchas en la sala de montaje, con todos los planos desde diferentes ángulos a su disposición. Por eso le echaba broncas a Hitchcock, que, sabiamente, "montaba con la cámara".
Saludos
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