Leslie (o Laszlo) Howard Stainer nació en Londres, de padres húngaros, el 3 de abril de 1893.
Combatió en la Primera Guerra Mundial, lo que le produjo un serio trastorno nervioso cuya cura buscó en la interpretación.
Howard luchó sin demasiado éxito para evitar que se le encasillara como el tópico y típico inglés, sobre todo desde el punto de vista estadounidense, y, a pesar de su aire romántico y casi etéreo, sus conquistas fueron muchas tanto en la pantalla como fuera de ella, aunque también se le describe como un devoto esposo y padre.
Sus primeros éxitos fueron en el teatro, donde alcanzó el estatus de estrella que ya no le abandonaría nunca y que traspasó a las pantallas.
Coincidió con Gable en A Free Soul (Alma libre, 1931), y con de Havilland en It's Love I'm After (1937), años antes de GWTW, película ésta que nunca le interesó demasiado y que probablemente nunca vio completa.
Prefería sus interpretaciones en Of Human Bondage (Cautivo del deseo, 1934), o The Scarlet Pimpernel (La pimpinela escarlata, 1935) y se inclinaba cada vez más por la dirección y la producción, como en Pygmalion (Pigmalión, 1938)...
Leslie regresó a Inglaterra tan pronto como se lo permitieron sus compromisos con Gone With the Wind e Intermezzo, y dedicó su talento (en la industria y fuera de ella) al esfuerzo bélico, con películas de propaganda o modernizando la Pimpinela Escarlata en Pimpernel Smith (1941).
De la misma forma que Vivien Leigh es mucho más que Escarlata O’Hara, Leslie Howard es mucho más que Ashley Wilkes, y por ello invitamos al lector a ampliar sus horizontes, porque Leslie estuvo también en Outward Bound (1930), Berkeley Square (1933), The Petrified Forest (El bosque petrificado, 1936), fue un poético Romeo para la Julieta de Norma Shearer bajo la dirección de Cukor, y nos mostró su vis cómica en Stand-In (Siempre Eva, 1937)…
El 1 de junio de 1943, el avión en el que viajaba desde Lisboa a Londres fue derribado por los alemanes, malogrando una carrera brillante tanto en Hollywood como en Inglaterra, en el teatro y en el cine.
Como hemos visto en otras entradas, gana cada vez más credibilidad la teoría de que su labor mediadora para evitar que España entrara en el conflicto armada le puso en el punto de mira del contraespionaje alemán, y se dio orden de suprimirlo de la forma más expeditiva posible.
Howard no tuvo reparo en confesar que nunca tuvo interés en participar en GWTW, pero que el salario le vendría muy bien para sus proyectos personales y en aquel momento no tenía otras ofertas. Aceptó el papel de Ashley sin mucho entusiasmo, convencido a medias por el señuelo de poder producir Intermezzo, que se iba a rodar al mismo tiempo.
Nunca leyó la novela y, a pesar de conocer el enorme guión, Ashley era para él un personaje incomprensible. Al contrario que Gable, reacio al principio frente a la tarea de interpretar a Rhett, pero relativamente cómodo una vez inmerso en el rodaje, Leslie Howard no acabó de comprometerse totalmente con su cometido.
Profesional hasta la médula y correcto en el trato no causó, sin embargo, demasiados problemas en el transcurso de la producción: lamentos por tener que usar maquillaje, algo que no había necesitado casi nunca pero que el Technicolor exigía, comentarios sobre la diferencia entre su edad y la del personaje y los intentos de Selznick por hacerle parecer más joven y atractivo, o su negativa a aprenderse las líneas que le entregaban después de haber comprobado que pocas veces se rodaba lo que constaba en el guión.
La elección de Howard para interpretar a Ashley Wilkes es para muchos uno de los grandes enigmas de la cinematografía universal. Por lo menos veinte años mayor de lo que el personaje requería, la desgana del actor se deja sentir en la pantalla, aunque su distanciamiento le conviene en gran medida al desvaído Ashley. Howard, que parece estar pensando siempre en otra cosa, tieso como unas enaguas almidonadas y frío como las nieves de Virginia, logra, sin embargo, que ya no podamos imaginarnos a otro actor encarnando a Ashley. En ocasiones existen “errores” afortunados y éste es uno de ellos.
viernes, 3 de abril de 2009
Leslie Howard, Ashley Wilkes
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4 comentarios:
Saludos, tienes un blog muy interesante...
Gracias, Miguel Ángel.
El tuyo también, y muy útil ;-)
Saludos
Leslie Howard, efectivamente como tan bien escribes, es un actor con una historia interesante y en su filmografía hay interpretaciones y películas que llenan el imaginario cinéfilo de escenas inolvidables.
Ahora, en la actualidad, creo sin embargo que es un intérprete olvidado. A mí me cautivó en su duro y triste papel en Cautivo del deseo aunque está magníficamente acompañado por una Bette Davis, femme fatale. También con Bette, pero esta vez de buena chica, está presente en la extraña adaptación cinematográfica de la obra teatral, El bosque petrificado -pero ahí se llevó la gloria un malo malísimo con cara de Bogart-. Tremendamente romántico, cautiva en Intermezzo pero ahí se encontraba un nuevo descubrimiento que eclipsa... la Bergman...
Son las películas que más recuerdo. En mi memoria queda lejos su madurísimo Romeo o los papeles que le llevaron a la cima como Pimpinela o ejerciendo de Pigmalion.
¿Pero y su Ashley...? Como bien dices aunque parece ser que lo hizo por dinero y sin mostrar mucho interés por su personaje... Su Ashley es todo lo contrario a la torbellino de Scarlett. Por eso es totalmente creíble que ella se enamore de un hombre elegante, tranquilo, pausado, honesto, fiel, con un halo romántico, con siempre cierto desencanto en la mirada. Rubio y delicado. Sin ninguna palabra fuera de tono... no puede ser de otra manera el hombre ideal, el hombre sueño, el hombre inalcanzable de Scarlet.
Él hace suyo a Ashley Wilkes (aunque se aleje tanto de la descripición del original).
La trágica muerte del actor hace difícil imagninar con qué papeles hubiera seguido deleitándonos.
Gracias por recordarnos en texto tan completo a Leslie Howard.
Besos
Hildy Johnson
Gracias, Hildy.
Por supuesto que hay que reivindicar a Leslie Howard que, al margen de GWTW, estuvo casi siempre estupendo... cuando ponía interes en lo que hacía (en Cautivo del deseo se estaba dejando ir hasta que descubrió que Bette se estaba haciendo con la película y, entonces, empezó a darle la réplica).
Saludos
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