Sin llegar a los extremos de Night and Day (Noche y día, 1946), ejemplo de película supuestamente biográfica que se pone por montera la vida del biografiado (en este caso, Cole Porter), A Burning Passion: The Margaret Mitchell Story (Una ardiente pasión, 1994), es un acercamiento fallido a la vida de la autora de Lo que el viento se llevó.
Este telefilm con guión de Robert Hamilton, interpreta a su manera los hechos más o menos conocidos para encajarlos como embriones de los hechos y personajes de Gone With the Wind, pero olvida bastantes detalles de cierto interés por el camino.
Además, se cierra con la publicación de la novela, lo que nos confirma que la idea original era mostrar cómo Margaret Mitchell transplantó a GWTW no sólo las historias sobre la Guerra Civil que le contaban de niña sus amigos y familiares sino también sus propias vivencias con sus maridos, el violento tarambana Upshaw (que sería Rhett) y el plácido John Marsh (que sería el modelo para Ashley) y que ella misma era Escarlata O’Hara.
Las cosas no fueron tan sencillas, como cualquiera que haya leído las biografías de Margaret Mitchell puede percibir, pero ninguna vida puede resumirse en 90 minutos, y menos cuando el propio sujeto del guión era un manojo de contradicciones y contaba versiones ligeramente diferentes cada vez que se le preguntaba sobre algunos asuntos fundamentales de su vida.
Shannen Doherty hace lo que puede para asemejarse lo más posible a una rebelde Peggy Mitchell, cortejada como Escarlata por decenas de apuestos oficiales (y, entre ellos, nada menos que John Clark Gable, el hijo póstumo de Clark), pero no resulta del todo convincente (para hacer un chiste malo: le falta un poco de “magia”).
Siendo magnánimos, podemos colocar esta producción sólo un par de peldaños por encima de Scarlett… y dejarla dormitar tranquilamente en la estantería tras el primer visionado al que nos impulsa nuestra condición de Windies.
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