lunes, 2 de febrero de 2009

Los peligros de dar nombre a los personajes

A finales de enero de 1936 Margaret Mitchell consideró terminado el original de Lo que el viento se llevó. Atrás quedaban varios meses de arduo trabajo para dejar la novela casi lista para la publicación, y aún le quedaba la tarea, necesaria pero abrumadora, de corregir las galeradas, que empezaron a llegar a Atlanta un par de semanas después.

Desde el mes de agosto anterior, la novela sin título había sido sometida a una minuciosa revisión. Mitchell no había pensado nunca en escribir su historia sobre el Sur con intenciones de publicarla, y, ahora que estaba destinada a las prensas, se vio impelida a contrastar fechas, datos y hechos a los que se había referido confiando en su memoria.

En su puntilloso afán consultó incluso los padrones, listas de bajas en la guerra y documentos similares para evitar que los nombres de sus personajes coincidieran con algún nombre real de la región de Atlanta en los años en los que transcurre la acción de Gone With the Wind y se pudiera herir alguna susceptibilidad o plantearse una acción judicial.

Por ejemplo, Hilton, el capataz yanqui de los Calvert, se llamaba Wilson al principio, pero la escritora lo cambio al encontrar un nombre similar en el transcurso de sus investigaciones.

Aun con todo el cuidado en este proceso, hubo lugar para las conjeturas, las protestas y las anécdotas cuando GWTW salió a la venta:

El personaje de Belle Watling guardaba muchas similitudes con una famosa madame de Kentucky, también llamada Belle, pero los Marsh siempre negaron haberse basado en ella.

Harry Slattery, subsecretario del Secretario del Interior, se quejó de que se hubiera usado su apellido para los “blancos pobretones” de la novela; Mitchell le escribió y habló con él por teléfono y le explicó que no había habido ninguna intención de deshonrar su apellido y que lo había escogido al azar.

El rubor volvió a subir a las mejillas de la escritora cuando descubrió que, a finales de 1935, mientras estaba absorta en las correcciones de Lo que el viento se llevó, la diócesis de Savannah cambiaba de titular y el nuevo obispo era Gerald Patrick Aloysius O'Hara, tocayo del bondadoso pero bebedor y a veces iracundo padre de Escarlata.

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