lunes, 16 de febrero de 2009

Delicada como la porcelana

Pocas cosas sientan mejor para liberar la tensión y la rabia acumulada que tirar lejos el objeto que se tenga más a mano y, vicariamente, hacer trizas la causa del enfado. Es una práctica a la que recurre Escarlata cuando, en la biblioteca de Doce Robles, acaba de ponerse en evidencia ante Ashley al confesarle su amor, ver que no es del todo correspondida y que Wilkes persiste en su intención de casarse con Melania, a quien ya ha dado su palabra.

La señorita O’Hara, invitada en Doce Robles, no tiene reparo en demostrar su frustración lanzando contra la chimenea un pequeño jarrón, más bien horroroso y digno de su trágico final; se trata de un florero de porcelana decorado con capullos de rosa, un querubín de color marrón claro a cada lado y un lazo azul en el centro.

El proyectil pasa por encima del sofá en el que cierto individuo pretendía disfrutar de la siesta.

En el momento del rodaje de esta escena de Lo que el viento se llevó el equipo de atrezzo había dispuesto que el jarroncillo, elaborado en un material bastante frágil, se rompiera en pedazos al entrar en contacto con la chimenea. Pero fue tanta la fuerza con la que Vivien Leigh arrojó el florero que éste casi se desintegró por el camino. Si nos fijamos mucho, podemos apreciar cómo algunos fragmentos salen volando… ¡Estas delicadas señoritas sureñas son una caja de sorpresas!

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