viernes, 13 de febrero de 2009

Tonos rojizos para Escarlata O'Hara Hamilton Kennedy

El matrimonio con Frank Kennedy mejora la situación económica de Escarlata, que ya puede poner a salvo Tara (aun a costa de tener que fijar su residencia en Atlanta) y encargar un nuevo vestuario.

Durante la posguerra no se pueden hacer alardes todavía, pero, por lo menos, su nueva condición de casada la libra de las posibles críticas por no vestir el negro de viuda. El argumento de Lo que el viento se llevó le da un respiro en cuanto al luto se refiere y Walter Plunkett no pierde ocasión de apoyar con sus modelos las nuevas circunstancias del personaje.

Para el momento en que anuncia a la familia que su nuevo apellido es Kennedy y que a partir de ahora pasará más tiempo en Atlanta y le complica la vida a Ashley con una oferta que no puede rechazar, Escarlata luce un modelo en el que domina el burdeos, con mangas largas y estrechas y puños vueltos, y con una chaquetilla de terciopelo del mismo color. Su prosperidad se muestra, además, en el alfiler de oro en el cuello y el pasador del pelo, también dorado.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo recordar que el pasador es de concha, como las peinetas españolas. No hay que dejar pasar tampoco la peineta que lleva cuando luce la bata verde tras ajustarse el corsé en su casa de Atlanta; que casi llega aser ya una teja flamenca; y la peineta que lleva cuando viste de viuda de Kennedy. Supongo que esta moda capilar es por las tendencias decimonónicas occidentales; aunque no estaría de más fantasear con los posibles resquicios de tradición histórica de la cultura española en los estados del Sur.
Carlos.

caveat emptorium dijo...

Es muy probable. No hemos de olvidar tampoco la influencia de Loretta Young... digo, de la granadina Eugenia de Montijo, que marcaba estilo por entonces.
Saludos

FRAN dijo...

Hola de nuevo, pues sí, buena apreciación hacia las peinetas y peines que luce Escarlata. Desde luego la moda victoriana las empleó bastante como mandaban las modas de París, y tal como dice Caveat, es Eugenia de Montijo la que pone de moda lo español, entre otras cosas el encaje de blonda, genuíno de España, que se conoció en el mundo anglosajón como "spanish lace". A pesar de que Charles Frederick Worth era uno de los principales modistos de Eugenia, tenía en cuenta esas reminiscencias en los gustos de la española que seguía recordando su país con añoranza.
En Estados Unidos se copiaban las modas parisinas de las revistas de modas y en ocasiones se importaban trajes y complementos directamente de París, lo que constituía todo un acontecimiento y daba "tono" a quién se lo pudiese permitir.
Las modistas locales incluso llegaban a pagar por un modelo original para luego copiarlo literalmente. De igual modo, también los tejidos podían llegar desde París, en especial las suntosas sedas, porque como ya sabemos, de algodón andaban sobrados....
Saludos
Fran

caveat emptorium dijo...

Es un placer contar con expertos como vosotros que pueden ampliar estos detalles. Muchas gracias por vuestras aportaciones, que nos enriquecen a todos.

Margaret Mitchell hace notar en la novela cómo, durante la guerra, se echaban en falta las revistas que contaban las últimas novedades, y como Rhett llevaba a las señoras los detalles de las últimas novedades en Europa (y también alguna que otra tela).

Saludos

FRAN dijo...

Gracias a tí Caveat, por este sitio estupendo y por tanta información que compartes con nosotros sobre nuestra adoara novela/película.
Saludos
Fran

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