domingo, 7 de junio de 2009

Testigo ocular de los hechos

En lo que en tiempos fue una bolera en la pequeña localidad de Midland, en Carolina del Norte, Martin Hill ha reunido a lo largo de los años una impresionante colección de equipamiento fotográfico que surte a la industria del cine de todo aquello que pueda necesitar: cámaras, trípodes, dollies, lentes… de diversas marcas, nuevas o usadas.

La firma atesora, entre otras piezas, la cámara usada por Ford en ¡Qué verde era mi valle!, la que empleó Hitchcock en La trama, la grúa de Ciudadano Kane… y la cámara de Technicolor número 7 que, con toda certeza, estuvo de servicio durante el rodaje de “el incendio de Atlanta” de Lo que el viento se llevó y es muy probable que participara en otras secuencias (recordemos que a finales de 1938 las cámaras de Technicolor existentes apenas superaban la decena).

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