El 24 de julio de 2002 salieron a subasta en Christie’s, en Nueva York, cerca de 5.000 piezas de la colección de Herb Bridges, que decidió separarse de parte de los objetos que llevaba coleccionando casi cuarenta años para contribuir a la educación de sus nietos.
Bridges llegó a atesorar hasta 20.000 artículos relacionados con GWTW; una parte la donó a museos dedicados al libro y a la película y sólo quiso conservar 3 primeras ediciones firmadas por Margaret Mitchell.
En total, la puja superó los 334.000 dólares, de los cuales 16.730 se pagaron por un jersey de lana que llevó Olivia de Havilland; por un ejemplar de Lo que el viento se llevó que perteneció a Ona Munson, firmado por los actores principales y con un dibujo de Plunkett, la cifra llegó hasta los 11.353 dólares.
Se trató, no cabe duda, de un acontecimiento excepcional, en el que se pudieron adquirir cosas como asientos del Loew’s Grand de Atlanta, carteles de diferentes épocas y países, ediciones de la novela, en varios idiomas, piezas del vestuario (algunas de ellas no llegaron a aparecer en la película), fotografías, muñecas inspiradas en los personajes, guiones, programas de mano… la mayor colección sobre Lo que el viento se llevó que se sacaba a subasta.
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