La imagen de Vivien Leigh como una Scarlett O’Hara que se niega a rendirse, fotogramas que cierran la primera parte de la adaptación a la pantalla de Lo que el viento se llevó, forma parte de la historia del cine y es una de las más reconocibles y justamente famosas referencias a la película y al indomable espíritu de su protagonista.
Las alusiones a este momento tan icónico pueblan desde hace décadas no sólo recopilaciones de imágenes representativas del Séptimo Arte, sino cabeceras de programas de televisión, cubiertas de libros dedicados al cine en general o a GWTW en particular… y también las encontramos en páginas no estrictamente cinematográficas, como ocurre en Esperadme en el cielo, novela de Maruja Torres que ganó el último Premio Nadal. La escritora y periodista demuestra su cinefilia con abundantes referencias, pero también cae en un gazapo curioso (y habitual):
“Nena, la luz del ocaso le quedaba suprema a Vivien Leigh, al final de la primera parte de Lo que el viento se llevó”.
El juramento de Escarlata, tanto en la novela como en la película, tiene lugar al amanecer. Margaret Mitchell comienza el capítulo XXV en la mañana siguiente de la llegada de Escarlata a Tara desde Atlanta, y el guión también sitúa la acción en las primeras horas de la mañana (por no hablar del momento real del rodaje de esta secuencia).
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