Margaret Mitchell se tomó muy a pecho el uso indebido o no autorizado de cualquier detalle relacionado con su novela, desde el título hasta sus personajes, argumento o frases originales.
Selznick no le fue a la zaga como defensor de sus propios intereses una vez que obtuvo los derechos de adaptación de Lo que el viento se llevó.
Todavía hoy los propietarios del libro y de la película se muestran muy celosos de sus respectivas propiedades; tuvieron dignos predecesores en la escritora y en el productor.
A principios de 1938 Selznick apuntó su artillería legal hacia el productor independiente Ted Toddy, que estaba filmando un documental sobre Atlanta y sus alrededores que iba a titularse Gone With the Wind Country (El país de "Lo que el viento se llevó").
David O. Selznick solicitó que se prohibiera a su colega emplear las palabras Gone With the Wind, porque podría dañar a su compañía y a la película que estaba preparando y en la que ya se habían invertido más de 300.000 dólares; añadía que Margaret Mitchell le había cedido a él los derechos cinematográficos sobre su novela, lo que impedía cualquier otra película basada en GWTW (los títulos no pueden registrarse, pero no cabe duda de que si en un corto plazo se estrenan dos películas con igual o similar denominación, la primera en llegar a las salas tiene cierta ventaja).
Toddy arguyó que también él había invertido una suma importante en su rodaje, a través del que pretendía dar una visión de la región, que se trataba de un documental y que no iba a referirse a ninguna Escarlata O’Hara, Tara o similares, que la frase Gone With the Wind era ya patrimonio popular, que ya se empleaba a menudo para referirse a aquella parte del Sur y que Mitchell, por supuesto, no la había inventado.
No le faltaba razón, sobre todo cuando clamaba que Selznick buscaba también dar publicidad a su película, pero lo cierto es que Gone With the Wind Country no aparece en su filmografía...
Las 10 Mejores Películas de Geraldine Page
Hace 3 horas
0 comentarios:
Publicar un comentario