La fama de Lo que el viento se llevó y el impacto de la última frase de Rhett Butler llegan hasta el más allá, como podemos comprobar en Corpse Bride (La novia cadáver, 2005).
La referencia es un poquito anacrónica, puesto que la acción de esta lírica película de Tim Burton se sitúa a finales del siglo XIX, unos cuantos años antes de que Mitchell y Selznick popularizaran la que se iba a convertir en la frase más famosa del cine, según la encuesta del AFI.
Hay un momento en que una pareja, que había estado separada por cuestiones de estado (físico), tiene ocasión de reencontrarse. La parte femenina pone ciertas objeciones a reanudar las relaciones, sobre todo porque él ha estado ausente quince años. Alfred no cree que eso sea un obstáculo: “Frankly, my dear, I don’t give a damn!", exclama, y se une con Gertrude en un abrazo apasionado, a los sones del tema de Tara.
El doblaje utiliza la variación “Francamente, querida, eso no me importa”, y la traducción en los subtítulos se inclina por “Francamente, querida, me importa un bledo”.
lunes, 2 de marzo de 2009
Amor sin barreras
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