En una película como Lo que el viento se llevó, dominada por el personaje protagonista femenino y con actores de la fama de Clark Gable y del calibre de Leigh, de Havilland y Howard, los secundarios debían dar lo mejor de sí para no pasar inadvertidos, incluso si sólo contaban con un par de escenas y su papel no era de esos con los que el público se identifica al instante.
Charles Hamilton, el hermano de Melania, no es más que un adolescente embriagado de sentimiento patriótico y de lo que cree amor por la muchacha más atractiva del condado de Clayton.
Aunque su ímpetu no deja de producir sonrisas y algún que otro susurro de “¡Insensato!” al verle plantarle cara a Rhett Butler como un cachorro al león jefe de la manada, y cuando consigue reunir las fuerzas suficientes para declararse a Escarlata, (que podría, a lo Rick Blaine a Ugarte, haberle dicho aquello de “si pensara alguna vez en ti…”), Rand Brooks se las arregla para bordear peligrosamente el ridículo para quedarse en el perfecto prototipo de fogoso e inocente jovenzuelo, deslumbrado por los clarines de la guerra y por la belleza y la coquetería de la señorita O’Hara. No le gustaba en absoluto su papel y temía que, a partir de entonces, sólo le llamaran para encarnar a ”tontos de remate” como Charles.
Rand Brooks, que nació el 21 de septiembre de 1918, había iniciado su carrera cinematográfica en 1938 en la nómina de la Metro, recién terminados sus estudios. Como era práctica habitual con las jóvenes promesas, el estudio le encomendó pequeños papeles para observar cómo se comportaba y si tenía material de estrella.
Brooks se desenvolvía bien, pero no brillaba demasiado (sobre todo al lado de Judy Garland y Mickey Rooney), por lo que su destino como secundario estuvo sellado.
Bien parecido y capaz, Rand fue el equivalente masculino de la ingenua en un centenar de películas, más varias populares series de televisión, como The Adventures of Rin Tin Tin (Rin Tin Tin), donde fue el cabo Boone, Maverick o Gunsmoke (La ley del revólver).
En su filmografía encontramos Babes in Arms (Hijos de la farándula, 1939), The Old Maid (La solterona, 1939), Northwest Passage (Paso al Noroeste, 1940), Joan of Arc (Juana de Arco, 1948), The Last Hurrah (El último hurra, 1958)…
Tuvo, eso sí, oportunidad de ser el primero en besar a Marilyn Monroe en la pantalla, en Ladies of the Chorus (1948), y acompañó a Hopalong Cassidy en varias aventuras del Oeste, un género en el que Brooks se prodigó bastante en la pequeña y en la gran pantalla.
Rand, que era bastante tímido, se retiró a mediados de los años 60, cansado de los requerimientos de la popularidad aunque no de ser un actor, aunque aún realizó esporádicas intervenciones en la televisión.
El fracaso de Legend of the Northwest, su única incursión en la producción y la dirección, dejó su economía bastante maltrecha. La película no llegó a estrenarse hasta varios años después de estar terminada y cuando lo hizo, tuvo una exhibición fugaz; casi arruinado por esta experiencia y deshecho su matrimonio con la hija de Stan Laurel, Rand fundó un servicio de ambulancias que prosperó hasta ser uno de los más reconocidos en California. Lo vendió en 1995 y se dedicó a criar caballos en su rancho con su segunda esposa, hasta su muerte en 2003.
domingo, 21 de septiembre de 2008
Rand Brooks, Charles Hamilton
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