Como en la mayoría de las facetas de la producción de Lo que el viento se llevó, la creación de la banda sonora de la película debió de ser algo digno de ser visto (pero a través del ojo de una cerradura, para que no nos reclutaran para colaborar, por el bien de nuestro sistema nervioso) y es también una muestra del talento de todos los implicados, que también en este departamento fueron muchos.
Recordemos que Max Steiner trabajaba contra el reloj: la fecha del estreno ya estaba fijada y disponía de apenas tres meses para dotar de música a GWTW, aparte de sus compromisos con otras películas.
Una vez que tenía sus ideas plasmadas como era su costumbre, la línea orquestal en cuatro pentagramas, con indicaciones de las principales líneas melódicas y con sus correspondientes anotaciones, entraban en acción los orquestadores.
En un principio Steiner contaba sólo con su orquestador habitual, Hugo Friedhofer, pero a éste se le empezó a acumular el trabajo y hubo que reclutar a cuatro colegas más que, bajo su coordinación, trasladaron las ideas del compositor a cada instrumento: Reginald Bassett, Bernhard Kaun, Maurice de Packh y Adolph Deutsch.
Joseph Nussbaum se encargó de los arreglos, y un ejército de copistas puso todas las notas necesarias a disposición de la orquesta. Todo ello bajo la supervisión de Lou Forbes, jefe del departamento de música del estudio.
jueves, 14 de mayo de 2009
Ayuda para Max Steiner
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