El 9 de mayo de 1940 se estrenaba en Broadway la versión de Romeo y Julieta interpretada por Laurence Olivier y Vivien Leigh.
Ambos estaban en la cresta de la ola, recientes sus éxitos en la pantalla con Cumbres Borrascosas y Lo que el viento se llevó. De hecho, habían invertido los fondos conseguidos con estas dos interpretaciones en el cine en este proyecto personal, con la confianza de que el reclamo de la tragedia de Shakespeare a cargo de "Heathcliff" y "Escarlata O’Hara", amantes en la vida real, sería suficiente para que el público teatral americano les diera sus bendiciones.
Sin embargo, Vivien se encontró en una situación que Escarlata conocía muy bien: apenas sin un centavo. Romeo y Julieta sólo aguantó 35 representaciones en el teatro de la calle 51, que, con el nombre de Hollywood Theater, había sido en 1930 la primera sala construida especialmente para la proyección de películas sonoras.
El viento de Verona se llevó el sueldo que Leigh había percibido por GWTW, cifrado entre 25.000 y 30.000 dólares, según las fuentes habituales... y discrepantes.
No se trataba de una cifra exorbitante, y menos en comparación con la importancia histórica del papel; era la mitad de lo que estipulaba el contrato de Ingrid Bergman para Intermezzo y la superestrella Gable percibía 4.500 dólares a la semana, precisamente por ser Gable.
Vivien Leigh tenía que pasar la prueba de fuego de Escarlata para contar con algo de peso cuando se tratara de negociar su salario. Entre Korda y los Selznick habían perfilado un contrato que fijaba para Vivien en Gone With the Wind 1.250 dólares semanales, con 16 semanas de trabajo garantizadas.
También se había acordado que filmaría dos películas al año durante 7 años, para acabar cobrando 6.250 dólares a la semana, pero las circunstancias (el amor y la guerra, sobre todo) acabaron por convertir en papel mojado este contrato.
sábado, 9 de mayo de 2009
La tragedia de Heathcliff y Scarlett
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