domingo, 31 de mayo de 2009

A la caza del gazapo (XXIX)

Incluso hoy, cuando parece que los efectos especiales son cosa de los raudos ordenadores y podría pensarse que no se tardan más que unos minutos en contar con una imagen completa, las horas de trabajo de humanos y máquinas se acumulan como por ensalmo para que todos los elementos queden ensamblados a la perfección.

Hace 70 años sucedía lo mismo, sólo que los cálculos y retoques llevaban más tiempo. Y si la fecha del estreno se aproxima a pasos agigantados, el equipo tiene la impresión de que las horas no duran más que unos minutos y los minutos, segundos. Con esa presión, aparecen los errores, conscientes o inconscientes.

Eso fue lo que le ocurrió a Jack Cosgrove y su departamento: sabían lo que tenían que hacer y dónde estaba el fallo, pero no tuvieron tiempo de corregir o mejorar algunos de los efectos visuales empleados en Lo que el viento se llevó.

Así, en el plano en el que vemos los carros de los invitados llegando a Doce Robles, los árboles no proyectan sombras sobre los vehículos, aunque sí sobre el camino. Cosgrove había diseñado un matte shot de los robles y la avenida para unirlo al de los carros, rodado fuera del estudio. No hubo problemas para ensamblar ambas tomas, pero no fue posible volver a rodarlas de manera que se subsanara el error.

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