William Faulkner fue uno de los "damnificados" por Lo que el viento se llevó, pues tuvo la mala suerte de publicar una de sus novelas más complejas, Absalom, Absalom!, unos meses después de la obra de Margaret Mitchell, y fue barrido por el vendaval.
El tiempo pone cada cosa en su sitio y ambas novelas han recibido su valoración con el paso de los años, como dos maneras diferentes de presentar una misma cultura.
Pero es natural que el escritor sureño se sintiera un poco desplazado en 1936, sobre todo al mirar las cifras de ventas de su libro (unos siete mil ejemplares antes de que quedara descatalogado) o cuando Hollywood rechazó comprarle la novela para adaptarla al cine (pedía 50.000 dólares, lo mismo que había recibido Mitchell).
“Parece que no estoy muy al corriente de esta época del Kotex*”, comentó Faulkner, abrumado por el dominio de la “literatura para mujeres”, aunque reconocía que aún no había leído GWTW (ni Anthony Adverse):
“Ninguna historia necesita mil páginas para ser contada”.
No sabemos si el autor de Santuario y El ruido y la furia llegó a leer la novela de Mitchell, pero sí nos consta una anécdota que contaban sus sobrinos: cuando la película se estrenó Faulkner fue a verla siete veces... pero nunca llegó al final, porque abandonaba la sala en cuanto un yanqui aparecía en pantalla; poco pudo ver entonces, porque Jonas Wilkerson aparece en las primeras secuencias…
Otra historia familiar nos cuenta que la tía de Faulkner acudió a un pase de GWTW (sesión numerada, a setenta y cinco centavos la entrada), pero salió de la sala en cuanto se hizo la primera mención de Sherman...
*Kotex es una marca de productos de higiene femenina, de las primeras en hacer publicidad de temas tan delicados en los años 20 en periódicos y revistas.
sábado, 16 de mayo de 2009
William Faulkner barrido por el viento
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario