En septiembre de 1989 se daba a conocer, por parte de la Biblioteca del Congreso, la lista de las primeras 25 películas que el gobierno de los Estados Unidos acordaba proteger mediante la Film Preservation Act, una ley en cierto modo simbólica, porque no prohibía la alteración del material y sólo requería que se indicaran los cambios que se habían hecho.
Por suerte, la normativa exige que la Biblioteca disponga de una copia inalterada y de buena calidad de cada una de las películas seleccionadas a lo largo de los años. Eso no da carta blanca para las mutilaciones, claro, pero preserva la obra original.
La selección se había efectuado teniendo en cuenta “los valores culturales, históricos o estéticos que contienen ciertas películas y que hacen que hayan de ser protegidas como cualquier otra manifestación artística.”
El máximo responsable de la institución explicaba que se había consultado a 13 grupos relacionados con el mundo del cine, a expertos dentro de su personal y también al público, y matizaba que no se trataba de “las mejores películas” producidas en su país, sino de aquellas capaces de servir para promover el cine como arte y generar interés en el público sobre la restauración y conservación de las obras.
En esta primera relación de “intocables”, como las llamó Billy Wilder, se encontraba Lo que el viento se llevó, junto a otros colosos:
Intolerancia (1916)
Nanuk, el esquimal (1922)
El maquinista de La General (1927)
Amanecer (1927)
…Y el mundo marcha (1928)
Tiempos modernos (1936)
Blancanieves y los Siete Enanitos (1937)
Caballero sin espada (1939)
El mago de Oz (1939)
Las uvas de la ira (1940)
Ciudadano Kane (1941)
El halcón Maltés (1941)
Casablanca (1942)
Los mejores años de nuestra vida (1946)
El crepúsculo de los dioses (1950)
Solo ante el peligro (1952)
Cantando bajo la lluvia (1952)
La ley del silencio (1954)
Centauros del desierto (1956)
Vértigo (1958)
Con faldas y a lo loco (1959)
¿Teléfono Rojo?, Volamos hacia Moscú (1964)
The Learning Tree (1969)
La Guerra de las Galaxias (1977)
sábado, 20 de septiembre de 2008
Para que no se las lleve el viento
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2 comentarios:
Desde luego las peliculas originales deben mantenerse intactas, sin alterarlas y porsupuesto nada de recortarlas, colorearlas ni burradas de ese tipo, lo único que debería hacerse es procurar que no se estropen las copias y limpiarlas de polvo y suciedad...bueno con las nuevas tecnologias se mantrendrán mejor, digo yo, no sé...
y no alterar nincuna, ni las buenas ni las menos buenas
Saludos
Hola,
Es una lástima que se haya perdido para siempre un alto porcentaje de películas de las primeras décadas, aunque de vez en cuando alguna que otra resucita en un desván...
La labor de preservación no comenzó "en serio" hasta los años 50 y 60, y las productoras todavía guardan una gran cantidad de negativos originales a buen recaudo en varias minas.
Es curioso que los sistemas digitales de hoy presenten más problemas de conservación y
almacenaje que el tradicional celuloide bien protegido, pero seguro que alguien da con la
solución.
Medidas como ésta, que salvaguardan la idea original frente a tropelías variadas hay que aplaudirlas y fomentarlas, así como la labor de los restauradores, que hacen verdaderas maravillas (en general).
Ojalá las cadenas de televisión se dejaran de tanto banner y
supresión de los títulos de crédito...
Saludos
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