Clarence Sinclair Bull, que nació el 22 de mayo de 1895, es el responsable de gran parte de las fotos publicitarias de Lo que el viento se llevó.
El trabajo de los actores no terminaba cuando se apagaban los focos del plató al acabar de rodar sus escenas del día, porque siempre había algún compromiso añadido, una aparición en público, una cita con la prensa o una sesión con el retratista del estudio. Los periódicos y, sobre todo, las revistas especializadas y los admiradores, reclamaban fotos de las estrellas para ilustrar sus artículos y admirarlos en sus hogares, y el departamento de publicidad necesitaba cientos y cientos de copias para distribuir.
Bull, junto al gran George Hurrell, convirtió el retrato de los actores de cine en un arte. En su estancia de cuatro décadas en la MGM tuvo delante de su objetivo a más estrellas que las que hay en el cielo, contribuyó a crear su imagen tanto o más que las películas en las que aparecían, y definió la forma en que el público se imagina que una estrella debe lucir.
“El hombre que fotografió a Garbo”, pues La Divina sólo aceptaba posar para él, sabía tanto de pintura como de fotografía. En Hollywood desde 1918, en tareas de ayudante de cámara de la Metro, conocía cada aspecto técnico de su trabajo; pasó de fotografiar a los actores entre toma y toma a crear uno de los primeros estudios fotográficos dentro de los estudios de cine, cuando Goldwyn le encargó que se ocupara de los retratos, lo que daba a la productora todavía más control sobre la imagen de los actores; más tarde, cuando se formó la MGM, Bull dirigió el departamento por donde pasaron Myrna Loy, Jean Harlow, Judy Garland, Vivien Leigh, Spencer Tracy, Clark Gable, John Wayne, Robert Taylor…
Tenía la habilidad de acercase a las personas aunque mantuviera la cámara a distancia, y lograba tanto la confianza de su sujeto como su comodidad ante la lente, con resultados legendarios.
En GWTW compartió las tareas con Laszlo Willinger, mientras Fred Parrish se ocupaba de la foto fija.
Muchas de las fotos de la película (Selznick ordenó que se tomaran miles de ellas) están todavía sin catalogar, por lo que en ocasiones es difícil atribuir una imagen a uno de los tres fotógrafos, pero cualquiera de ellos era un maestro en su oficio.
En 1968, ya retirado, publicó The Faces of Hollywood, un libro de memorias que incluye un centenar de sus fotografías, un adelanto tan sólo de las múltiples exposiciones en su honor que muestran su talento, y de otros libros como The Man Who Shot Garbo: The Hollywood Photographs of Clarence Sinclair Bull.
Bull falleció en 1979, pero la elegancia, la belleza y el misterio con los que supo dotar su trabajo nos acompaña todavía. Son piezas de colección reproducidas una y mil veces.
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Hace 1 hora
2 comentarios:
Caveat.
Y yo que me sentía arrebatado por la fotografía de Garbo por Steichen... y ahora acabo de descubrir, gracias a ti, el rostro de "la Divina" flotando sobre un fondo negro (obra de C. S. Bull)... Bellísima.
Muchísimas gracias.
Un saludo cinéfilo.
Me alegro mucho de haberte llevado hasta ahí...
Bull tomó unas cuatro mil fotos sólo de Garbo(que se dice pronto) y sería muy difícil elegir con cuál quedarse. Lo mismo reza para el resto de su trabajo y el de sus colegas...
Saludos
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