Lee Garmes, que nació el 27 de mayo de 1898, estaba muy lejos de California cuando le llegó la llamada de Selznick, que deseaba contar con él como director de fotografía de Lo que el viento se llevó. Se hallaba en Inglaterra, donde la adaptación de Cyrano de Bergerac, con Charles Laughton de protagonista, acumulaba problema tras problema sin concretarse nunca.
Garmes se había encargado de la prueba de pantalla para el personaje de Roxanne de una actriz llamada Vivien Leigh y estaba ocupado en conseguir la iluminación más apropiada para la Francia del siglo XVII, totalmente convencido de que GWTW llevaba meses rodándose y de que otro colega bregaba ya con la Atlanta de la segunda mitad del XIX.
Como el proyecto de Korda se desvaneció porque el productor y su estrella no llegaron a entenderse, Garmes aceptó la oferta de Selznick, aunque no pudo llegar a tiempo para el rodaje de “el incendio de Atlanta” y su estancia en Gone With the Wind iba a ser también cortada en seco, por diferencias creativas con el productor.
De todas formas, el talento de Lee Garmes se conserva en la película, pues rodó todo lo dirigido por Cukor y la primera semana bajo el mando de Fleming, además de las pruebas de Vivien Leigh y la preparación de la toma de la estación.
Al cabo de una docena de semanas, el productor decidió que quería colores más vigorosos y contrastes más duros y, aunque admirador de la labor de Garmes, optó por cambiar de director de fotografía.
Las discrepancias en GWTW no fueron óbice para que Garmes no volviera a trabajar para Selznick, pues lo hizo en Since You Went Away (Desde que te fuiste, 1944), Duel in the Sun (Duelo al sol, 1946) y el The Paradine Case (El proceso Paradine, 1947) y, sin obtener crédito, en Portrait of Jennie (Jennie, 1948).
Garmes fue de los primeros de su oficio en intentar crear atmósfera por medio de la fotografía y emplear la luz dramáticamente, con claroscuros y sombras pronunciadas, una técnica que recordaba la pintura de Rembrandt y que fue llamada de “luz norteña”, frente a la práctica habitual de iluminar lo más posible todos los detalles del plano.
También introdujo la lámpara incandescente en los estudios americanos, y fue pionero, unas décadas después, en defender las posibilidades del vídeo.
Comenzó en el cine en 1916, fue ayudante de Thomas Ince y escaló puestos hasta la dirección de fotografía en los años 20; fue también productor y director, siempre investigando y experimentando nuevas técnicas (las tres dimensiones, los formatos de pantalla ancha…) y compartiendo su saber con varias generaciones, hasta su muerte en 1978.
Su filmografía es impresionante y es un compendio de cómo se puede “pintar con la luz”, ya fuera codo con codo con Von Sternberg en sus delirios para Dietrich como Morocco (Marruecos, 1930) o Shanghai Express (El expreso de Shanghai, 1933), o creando lo que sería la atmósfera característica del cine negro en City Streets (Las calles de la ciudad, 1931) o Scarface (Scarface, el terror del hampa, 1932).
Bien en blanco y negro, como en An American Tragedy (Una tragedia humana, 1931), Jungle Book (El libro de la selva, 1942), Nightmare Alley (El callejón de las almas perdidas, 1947) o Detective Story (Brigada 21, 1951), como en color, como en The Secret Life of Walter Mitty (La vida secreta de Walter Mitty, 1947), Land of the Pharaohs (Tierra de faraones, 1955), Garmes demuestra porqué está considerado como uno de los grandes.
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2 comentarios:
Hola, sigo tu blog desde hace tiempo, es mucha la información que ofreces y siempre con rigor, a ver si en España editan la autobiografía de Olivia de Havilland.
Aunque todavía queda, ¿tienes pensado algún post especial en diciembre por el aniversario del estreno?
Yo recuerdo que en Espña la reestrenaron en la tele ahora en junio hace unos 23 años.
Un saludo.
¡Hola, Zinquirilla!
Muchas gracias por visitarnos de vez en cuando; siempre es un placer saber que los lectores disfrutan (o no) con las historias sobre GWTW.
Con Olivia tendremos que hacer acopio de paciencia digna de Melania, ya ves que la edición en inglés está prevista para julio del año que viene, así que aún tardará un poquito, a menos que haya sorpresas. ¡Ojalá!
Allá para diciembre, por supuesto, comentaremos algunas anécdotas sobre el estreno de 1939.
En efecto, aquella noche de junio de 1986 estuvo llena de emociones... y de anuncios...
Saludos
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