El inusitado mal tiempo de los días anteriores (niebla y nubes) había dificultado los rodajes en exteriores de varias películas en la zona de Los Angeles, entre ellos el de Lo que el viento se llevó. Pero el 22 de mayo de 1939 las condiciones fueron óptimas y Escarlata pudo ir en busca del doctor Meade bajo la dirección de Victor Fleming.
Es una de las secuencias más espectaculares de la película, y el equipo de producción dirigido por Klune se enfrentó a algunos problemas para resolverla de la forma que Selznick deseaba: desde un primer plano de Escarlata, la cámara retrocede más y más mostrando el inmenso decorado de la estación de Atlanta repleta de cuerpos de soldados heridos y moribundos, hasta detenerse en la bandera confederada que ondea sobre la escena, en un gran plano general.
Se dice que la concepción de esta escena partió de Val Lewton, que no tenía muy buena opinión de GWTW y quiso poner en un brete a Selznick con un planteamiento imposible. Parece que el productor recogió el guante y su equipo demostró su valía una vez más.
Para conseguir esa toma se necesitaba una grúa que pudiera subir lo necesario: Klune calculó que tendrían que alcanzar unos 90 pies (unos 27 metros), y no había ninguna en los estudios que lo hiciera: la mayor con que contaban subía 25 pies (poco más de 7 metros y medio). Se recurrió entonces a una compañía constructora, que aportó una grúa que podía superar los 100 pies.
Tuvieron que eliminar el motor, que causaba vibraciones a la cámara una vez que se unía ésta al brazo de la grúa, y construir una rampa de cemento de más de 45 metros que soportaría un peso de diez toneladas, para que se moviera sobre ella. Tardó en fraguar dos semanas, pero la espera valió la pena. La cámara pudo moverse con la precisión y la suavidad habituales y captar el decorado en toda su extensión y sin que entraran en cuadro los modernos edificios de la ciudad que lo rodeaban.
Gone With the Wind no era, ni mucho menos, la única película que se estaba rodando en Hollywood en aquellos meses de 1939 y las escenas de masas eran habituales, con lo que los extras estaban bastante solicitados. Central Casting, la agencia de contratación de extras concebida en 1925 y organizada por Hays, se encargaba de suministrar a los figurantes.
Para esta secuencia Klune necesitaba 2000 extras, que resultaban ser la totalidad de los que constaban en las listas de Central Casting. Se buscaron las fechas adecuadas para no entorpecer otros rodajes multitudinarios, pero aún así la agencia sólo podía enviar a unas 800 personas.
Para completar el número deseado de cuerpos tendidos se recurrió a muñecos que los extras se encargaban de mover para dar la sensación de que estaban vivos. Al sindicato de actores se le ocurrió pedir que se pagara por la “actuación” de los más de 800 muñecos, a lo que Klune se negó. Ellos estaban dispuestos a pagar a todos los actores que la agencia pudiera enviarles, pero no a maniquíes. 949 personas formaron parte del maltrecho ejército confederado en esa recordada escena, acompañadas de otros tantos muñecos.
Hasta un docena de ayudantes de dirección (dos de ellos a caballo), coordinados por Eric Stacey, transmitían los mensajes del director a la multitud para que todos supieran lo que tenían que hacer en cada momento.
EL CÍRCULO PERFECTO
Hace 47 minutos
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