En una calle Peachtree desierta y desolada, Escarlata sale al encuentro de un jinete al que pide noticias del avance del enemigo sobre la ciudad. El oficial le confirma que el ejército de la Unión está muy cerca de Atlanta, que las tropas confederadas están en retirada estratégica y que lo mejor que puede hacer, señora, es buscar refugio más al Sur.
Esas pocas líneas dieron justo derecho a William Bakewell, que nació el 2 de abril de 1908, a aparecer en los créditos de Lo que el viento se llevó. Él mismo reconocía que hubo un tiempo en que le molestaba que sólo le recordaran por ese galope desenfrenado y su corto diálogo con Vivien Leigh, cuando tenía en su haber papeles más largos y distinguidos, pero que llegó a considerar un honor estar en la relación de los “elegidos”, los que habían hecho historia.
Bakewell, un nativo de Los Angeles con docenas de papeles de hermanos pequeños e hijos adolescentes de los protagonistas, sabía que Gone With The Wind era un acontecimiento, que todo el mundo quería aparecer en la película y, aunque el reparto era muy amplio, estar incluido en él era un buen añadido a cualquier filmografía. Y él no iba a ser menos, por reducido que fuera su trabajo, así que se preparó para sacar el mejor partido de los dos días de rodaje asignados a esa secuencia, en junio de 1939. Le supieron a poco, pero, por lo menos, le cupo la satisfacción de aparecer en una de la versiones del poster de la película: “Estoy mejor en el cartel que en la película”, bromeaba.
Un enamorado de las películas desde su tierna infancia, Bakewell entró en el cine en 1925 y no tuvo problemas en la transición al sonoro. Como empezó muy joven, y trabajando con nombres como Griffith, Fairbanks, Dwan, Milestone… su carrera se extendió hasta los años setenta, tanto en la pantalla grande como en la pequeña.
Cuando los papeles se hicieron escasos, no tuvo problemas en compatibilizar la actuación con el negocio de los bienes raíces, y nos dejó un libro autobiográfico lleno de anécdotas: Hollywood Be Thy Name. En él nos cuenta, entre otras cosas, cómo surgió su amistad con Lew Ayres, a quien secundó en All Quiet on the Western Front (Sin novedad en el frente, 1930), cómo se formó el Screen Actors Guild (el sindicato de actores) y su dedicación al Motion Picture and Television Fund, que ayuda a aquellos miembros de la industria que atraviesan por malos tiempos económicos o de salud.
Bakewell falleció en 1993, pero podemos verle en el doble papel de The Iron Mask (La máscara de hierro, 1929), avasallado por Gable en Dance, Fools, Dance (Danzad, locos, danzad, 1931), disgustado por cierto asuntillo de su padre en Back Street (La usurpadora, 1932), luciendo uniforme de teniente en Quality Street (Olivia, 1937), en la armada en Seven Sinners (Siete pecadores, 1940), enseñando oratoria en The Farmer’s Daughter (Un destino de mujer, 1947), de lechero en Room For One More (Hogar, dulce hogar, 1952)… y en varios episodios de las series Davy Crockett y Bonanza.
viernes, 2 de mayo de 2008
William Bakewell, el oficial a caballo
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