Los actores de cine siempre comentan que lo peor de su trabajo son las esperas entre toma y toma. El tiempo que pasa hasta que están en su sitio la cámara, las luces, los decorados… es un suplicio para muchos, y hay diferentes formas de matar el tiempo: desde encerrarse en el camerino a repasar las líneas (o alguna actividad más placentera), hasta salir a dar un paseo alrededor del estudio o por los exteriores, o quedarse y empaparse de conocimientos que pueden ser muy útiles en su trabajo.
Durante el rodaje de Lo que el viento se llevó, y con la acérrima amante de los juegos de mesa e ingenio que era Vivien Leigh al frente, no era raro que el reparto y el equipo ocuparan los numerosos tiempos muertos desafiándose a una partida.
Leigh enseñó a Gable a jugar a las “damas chinas” (Chinese Checkers); era tan experta como Escarlata lo era en el whist, y el intérprete del jugador Rhett cayó muchas veces derrotado. Los fabricantes del juego no tardaron en sacar partido de esta afición bautizando un modelo similar del juego con el nombre de “Scarlett O’Hara”. Seguro que actores y equipo habrían sacado buen provecho de los puzzles sobre la película si los hubieran tenido a mano en 1939, aunque bastante trabajo tenían intentando encajar todas las piezas del guión…
En correspondencia, Clark le enseñó a Vivien jugar al blackgammon, y ella empezó a ganarle muy pronto...
Otro juego popular en los platós era el de la “batalla naval” (también conocido como "los barquitos" o "hundir la flota", entre otras denominaciones). Olivia de Havilland, que derrotó a Gable y Leigh la primera (y única) vez que jugó contra cada uno de ellos, recuerda que Vivien era capaz de estar inmersa en el juego un instante y al siguiente, al oír la llamada para rodar, meterse completamente en la piel de Escarlata.
viernes, 16 de mayo de 2008
¡Hagan juego!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario