martes, 9 de septiembre de 2008

Clark Gable 2, Gary Cooper 0

A principios de septiembre de 1939 Selznick decidió realizar el primer pase con público (y sin prensa) de Lo que el viento se llevó. Puso en manos de Hal Kern la organización del evento, y ni él mismo supo el lugar donde se iba a llevar a cabo hasta el último momento, para no irse de la lengua y permitir que la noticia se filtrara a oídos que no debían saber nada… todavía.

El 9 de septiembre Kern escogió un cine y recogió al resto de la expedición: Selznick y su esposa y Jock Whitney. El montador, que cargó en el coche 54 latas de película y banda de sonido, actuó de avanzadilla en Riverside, una localidad a más de 100 kilómetros de Los Angeles; la primera sala elegida apenas reunía a 200 personas, así que se encaminaron hacia la segunda opción: el Fox Riverside Theater, donde proyectaban un programa doble compuesto por un musical, Hawaiian Nights (1939), y el plato fuerte, que estaba a punto de comenzar: Beau Geste (Beau Geste, 1939), lo que auguraba que habría el suficiente público para sacar conclusiones de las tarjetas que se rellenaban al terminar la proyección.

Otra vez Gary Cooper, que había sido el preferido de muchos para interpretar a Rhett Butler, se veía relegado por su amigo Clark Gable.

Le dijeron al gerente que anunciara que iba a haber un pase sorpresa (pero que no dijera el nombre de la película) y que aclarara que la proyección sería larga; los espectadores que lo desearan podían salir de la sala en ese momento, pero no volver a entrar, porque nadie tendría acceso al cine; tampoco se permitirían llamadas telefónicas desde el vestíbulo.

El gerente, que sabía lo que había en aquellas latas, accedió, con la única condición de que le dejaran llamar a su esposa para que acudiera inmediatamente, aunque sin decirle para qué.

La proyección comenzó con unos títulos más o menos improvisados, ya que el de las palabras que se deslizan todavía no estaba listo. El nombre de Selznick captó la atención del público y con el de Margaret Mitchell, que le seguía, se pusieron en pie y lanzaron gritos de júbilo. Aunque Kern tenía el volumen al máximo, las exclamaciones de los espectadores apenas dejaban oír la música (prestada de otras películas, como The Prisoner of Zenda, porque Steiner estaba en las primeras fases de su partitura).

“La señora Selznick y Whitney empezaron a llorar como niños, y también David… y yo”, recordaba Hal Kern, al revivir aquellos momentos emocionantes tanto para él como para aquellos espectadores, que repitieron la ovación estruendosa al término de las cuatro horas y media que duró aquella proyección.

3 comentarios:

G. K. Dexter dijo...

Eso sí que debió ser una genuina proyección-sorpresa, tan diferente de las actuales en las que cuando los "estrenos" llega a los cines uno ya ha leído tanto y visionado tantas fotografías y escenas que lo único que le queda es contentarse con la proyección del montaje de las mismas sobre la gran pantalla.

Un saludo cinéfilo.

P.D.: ¡Hum! Me ponen en apuros con lo del tanteo entre "Beau Geste" y "Lo que el viento se llevó"... Es broma.

General Gato dijo...

Pase sorpresa, y con GWTW para rematarla... Más de alguien debe haberse ido con los pantalones mojados de la impresión... :-D

caveat emptorium dijo...

Hola,
Dexter: Los tiempos cambían, qué le vamos a hacer... ;-) Menos mal que en 1939 no había nadie con móvil/cámara digital en la sala, o a Selznick le habría dado algo al ver a los cinco minutos "su" película por todas partes y con "aquellos pelos".

Hay unas anécdotas muy buenas de cómo los de la MGM, por ejemplo, tomaban el tranvía con las latas y una baraja y se montaban una timba camino del cine que habían escogido para el pase sorpresa de una película. Hasta Thalberg participaba. Eso sí, en el camino de vuelta los ponía firmes a trabajar...

Lo del tanteo Gable/Cooper no es minusvalorar "Beau Geste" ni mucho menos (¡ese fuerte fantasmal! ¡ese sargento sádico! ¡Susan Hayward! ¡Gary Cooper!...), sólo una pequeña broma sobre la mala pata de Coop, que primero pierde el papel de Rhett, luego un cine entero por culpa de GWTW...


General: ¡Y que lo diga! En el documental "The Making of a Legend", hay una entrevista con un simpático vejete que era un crío en el 39: él quería ver "Beau Geste", claro, pero contaba que no todos los días le dejan ver a uno GWTW en bruto...

Saludos

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