La desesperación se apodera de Escarlata, que se ve acosada por el hambre y la pobreza para ella y las personas a su cargo. Para complicar más las cosas, Pork viene con la noticia de que reclaman un impuesto sobre Tara que no sabe cómo va a poder abonar. Quizá Ashley, que intenta reparar una cerca, pueda darle una idea…
Pero Wilkes no sirve de mucho y, aunque le confiesa su amor, tampoco es capaz de huir con ella de todo aquello. Wilkerson aparece para hacerse con Tara, pero sólo se lleva una parte muy pequeña, en forma de terrón arrojado a la cara; Gerald, enojado y más fuera de sí que nunca, cabalga hacia la muerte ante los ojos de su hija.
El estado lamentable de las cosas queda patente en el vestuario de Escarlata. Vivien Leigh lleva la quinta versión del modelo; como en la cuarta, la tela se ha cosido del revés para poder quitarle el color necesario y muestra avanzadas señales de degradación, y faltan ahora casi todos los botones.
Como en la película estas secuencias transcurren en noviembre de 1865 y además el vestido está en las últimas, Escarlata se cubre con el chal camino del huerto.
jueves, 8 de enero de 2009
El vestido estampado (VII)
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