miércoles, 14 de enero de 2009

Un monólogo para cautivar a los jueces

Fannie Flagg, autora de Tomates Verdes Fritos, entre otras, nos lleva en cierto momento de su novela Daisy Fay y el Hombre de los Milagros, a la gala de elección de Miss Mississippi.

Estamos en el Sur y en los años 50 del siglo pasado y asistimos al número de una de las concursantes desde el punto de vista de la protagonista, Daisy Fay, de quien ya se nos advierte en la solapa: “Otra heroína: tan joven y sensual como Lolita, tan ávida de protagonismo como Scarlett O’Hara…”:

“Su número era una escena de Lo que el viento se llevó. (…) Los tramoyistas colocaron apresuradamente en el centro de la escena un cajón lleno de tierra y piedras… (…) lo único que se oyó durante todo el número fue el entrechocar de las piedras que Margaret removía en el cajón. Y cuando dijo aquello de “Juro por Dios que jamás volveré a pasar hambre”, por poco…”

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