Para cubrir las decenas de personajes secundarios que debían poblar las escenas menos intimistas de Lo que el viento se llevó, el departamento de reparto consiguió reunir a una envidiable colección de actores y actrices que podrían considerarse de segunda o tercera fila pero que eran imprescindibles en el cine hollywoodiense de los años 30 y 40.
Para muchos, GWTW no fue sino una más de las cuatro, cinco o diez películas en las que intervinieron en 1939, algunos con sólo una frase o un gesto, pero acudieron a la llamada de la Selznick International con la profesionalidad que caracteriza a estos especialistas en llenar espacio sin robar plano a la estrella pero sin pasar inadvertidos del todo.
Roscoe Ates, que nació el 20 de enero de 1895, es un buen ejemplo. Pocos serán los que recuerden su quejumbroso soldado herido en la secuencia del hospital en GWTW, pero si alguien pregunta por "aquel actor que siempre tartamudeaba", es muy probable que esté pensando en Ates.
Hoy día no está bien visto aprovechar una afección física o mental para hacer comedia a su costa, pero hace 70 años las cosas eran diferentes, aunque ya había voces discrepantes de esta controvertida práctica.
Roscoe, que era capaz de sostener una escena de un cuarto de hora de puro tartamudeo (como ocurre en A Free Soul (Alma libre, 1931), había superado su propio trastorno del habla a los 18 años, pero lo recuperó para la actuación y dedicó muchos de sus esfuerzos a ayudar a otras personas que también lo sufrían, algo de lo que estaba tan modestamente orgulloso como de su paso por las Fuerzas Aéreas durante la Segunda Guerra Mundial, de la que salió con el rango de comandante.
La primera vocación de Roscoe fue la música; terminó con éxito sus estudios de violín y descubrió que, cuando cantaba, no tartamudeaba, así que se aplicó a los ejercicios para librarse de su problema. De acompañar con su instrumento la proyección de películas silentes y del teatro de variedades, pasó al cine en 1929.
A lo largo de su carrera, que se extendió hasta 1961 con una aparición en The Errand Boy (Un espía en Hollywood), Ates refinó su típico personaje, un hombre al que nada le sale como espera y que muestra su frustración con un característico hablar a trompicones y abundancia gestual. En los años 50 se prodigó como secundario en varias series de televisión. Falleció en 1962.
Le recordamos en Cimarron (Cimarrón, 1931), The Champ (Champ, el campeón, 1931), Freaks (La parada de los monstruos, 1932), King Kong (King Kong, 1933), Ziegfeld Girl (1941), Sullivan’s Travels (Los viajes de Sullivan, 1941), The Palm Beach Story (Un marido rico, 1942)… y también participó en seriales, westerns sobre todo.
martes, 20 de enero de 2009
Roscoe Ates, un soldado herido
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3 comentarios:
Caveat.
Has citado dos pelis de Sturges en las que participa. Ahora me has dejado con la intriga de quién es realmente.
Lo del revisionado de GWTW lo tengo aún pendiente, en su cajita. Je, je,...
Un saludo cinéfilo.
Ates es uno de los miembros del "club de caza" que adoptan a Claudette en el tren...
¡Cuidado!, el pasatiempo de localizar a los secundarios ubicuos es altamente contagioso, adictivo... y divertido. ;-)
¡Ostraaaas! La partida de caza. En su día sólo reconocía a Demarest.
Na, a revisionarla.
Un saludo cinéfilo.
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