domingo, 20 de enero de 2008

El story-board: del dibujo al celuloide

Los más de 1.500 dibujos de decorados y los cerca de 3.000 que cubrían diferentes tomas de cámara realizados por William Cameron Menzies y su equipo constituían una guía para el director y los directores de fotografía y permitieron dar una idea del aspecto que podría tener la película una vez terminada y de las necesidades de producción, ahorrando así tiempo y dinero en pruebas y ensayos.

Selznick decidió tener en dibujos todo el guión de la película, algo que con anterioridad sólo se había hecho con secuencias aisladas muy complicadas, con números musicales o por el director F.W. Murnau.

Menzies había sido pionero de esta técnica, al plasmar en dibujos su concepción visual para The Thief of Bagdad (El ladrón de Bagdad, 1924). Merian C. Cooper le contó a Selznick el método que Disney estaba empleando en Snow White and the Seven Dwarfs (Blancanieves y los siete enanitos, 1937): se crearon cientos de bocetos con el diseño de personajes y decorados hasta dar con los ideales, y se usaron actores reales filmados para dibujar sobre ellos a los personajes del cuento; además, se intentaba dar un uso dramático a los colores que el incipiente Technicolor permitía mostrar.

Cooper sabía lo útil que podía ser este método, porque también en King Kong (King Kong, 1933) se había recurrido a los bocetos para algunas secuencias, que los siguieron al detalle.

Buena parte de los bocetos realizados para GWTW salieron de las hábiles manos de Menzies, Dorothea Holt, Jack Smith, Frank Bowers o Joseph McMillan Johnson, entre otros.

Muy poco quedó en el metraje final del tratamiento (con descripciones de tomas y ángulos de cámara) que Alfred Hitchcock realizó para la secuencia de la espera tras el ataque a Escarlata. Selznick había pedido al director inglés, a punto de poner en marcha Rebeca, que colaborara en el diseño de esa tensa escena; Hitchcock sugería mostrar a los hombres y a los soldados en el exterior de la casa e intercambio de significativas miradas entre Rhett y Melania.

Mucho mejor que nosotros y con más detalle lo explica Alan David Vertrees en su libro Selznick's Vision: Gone With the Wind & Hollywood Filmaking, que, desde luego, recomendamos, ya que es una lectura apasionante. En sus páginas podemos conocer cuántos bosquejos se conservan, cuántos fueron realmente la base para una secuencia de Lo que el viento se llevó, cómo había cierto método en la "locura" de Selznick... y muchos aspectos más que nos ayudan a comprender cómo se hizo GWTW y cómo se hacían las películas a finales de los años 30.

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