La novela Sombras, de Edwin Corley comienza la noche de entrega de los Premios de la Academia, el 29 de febrero de 1940, cuando Lo que el viento se llevó consiguió un buen puñado de estatuillas. Hay, por supuesto, referencias a Gone with the Wind y unas cuantas de las personalidades (actores, actrices, productores, guionistas...) de la época se convierten en personajes que interactúan con los que el autor ha imaginado para su historia.
Como en el caso de Moviola, de Garson Kanin, Corley sazona la realidad con la ficción y nos relata por boca del propio David O. Selznick una anécdota que, aunque apócrifa, da prueba del particular sentido del humor de los implicados:
“...¿Eres la única persona en la costa Oeste que no sabe lo que me hicieron Gardner [el protagonista de la novela, guionista y director ficticio] y [F. Scott] Fitzgerald? Estábamos en medio de la filmación de Lo que el viento se llevó. Mi director, Victor Fleming, tuvo un ataque de nervios y me vi obligado a traer a Sam Wood para que lo sustituyera. Los bancos no querían adelantarme más dinero y las aguas estaban subiendo. ¡Y estos dos hijos de perra me hicieron una faena con los actores! No sé cómo lo consiguieron, pero de algún modo se las arreglaron para intercalar una página en el guión que yo le había dado a Wood y convencieron a Vivien Leigh y Leslie Howard de que participaran en la broma. ¡De modo que Sam filmó la maldita escena! (...) La escena en que Ashley, recién llegado de la Guerra Civil, confiesa a Escarlata que ha sido... bueno, castrado. (...) Hasta usaron diálogos tomados directamente de Fiesta. Nunca estuve convencido —añadió pensativo— de que Hemingway no haya estado metido también en esto. (...) ¿Cómo diablos pudo caer Wood? ¿Por qué no me consultó? Dios mío, todavía recuerdo la escena, palabra por palabra. Escarlata dice: “Ashley, cuando pienso en lo que he hecho sufrir a esos tíos. Pero ahora lo estoy pagando.” —Selznick rió amargamente—. “Tíos...” ¡no sé cómo pudo decirlo con su dulce acento sureño sin romperse! Y Ashley sale con que: “Bueno, sufrí una herida malísima.” Y todo el tiempo, Vivien manoseando a Leslie fuera de cuadro y diciendo: “¡Falta algo entre nosotros!” y algún hijo de perra metió la escena en el copión y nadie me lo advirtió, y casi me da un infarto en la sala de proyección.”
Es improbable que una broma como ésta pudiera llevarse a cabo, aunque no deja de ser hilarante, y nos consta que durante el rodaje sí que hubo travesuras que en otro momento detallaremos. Fitzgerald hacía mucho tiempo que había abandonado su intervención en el guión, que fue mínima. Sam Wood no rodó en ningún momento esta escena entre Ashley y Escarlata en el huerto de Tara, y fue Victor Fleming el que estaba al mando en las tres ocasiones en que se tomaron estos planos, la última en el mes de junio. Las dos primeras tuvieron que descartarse no porque Leslie y Vivien se sintieran juguetones, sino porque Howard no lograba acordarse de sus líneas.
Una vida en secreto
Hace 1 hora
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