jueves, 26 de julio de 2018

Leona Roberts, la señora Meade

El 26 de julio de 1879 nacía, en Monroe Center, Ohio (Estados Unidos), la que sería conocida como Leona Roberts, bajo el nombre natal de Leona Celinda Doty.

A Leona la recordaremos de sus intervenciones en teatro y cine, siempre en papeles secundarios pero inolvidables, como la señora Meade en Lo que el viento se llevó o la señora Gogarty, sirvienta en La fiera de mi niña.

lunes, 16 de julio de 2018

A través de un móvil

Si la protagonista de nuestra novela favorita contara con un teléfono móvil ¿cuál sería el texto que enviaría? A esta pregunta le encuentra respuesta el libro firmado por Mallory Ortberg "Texts From Jane Eyre: And Other Conversations With Your Favourite Literary Characters".

El volumen incluye textos de Escarlata O'Hara, la protagonista de Gone With the Wind, tan tendente a la mentira y a la manipulación que rápidamente hizo surgir la idea de dotarla de un móvil, a ella y a otra serie de personajes, como Jane Ayre o Hermione Granger... a los que conoceremos mejor a través de sus textos.

lunes, 9 de julio de 2018

Leer, ir al cine...

En 1932 se reunieron el director de cine Howard Hawks, el escritor William Faulkner y el actor Clark Gable para pasar un buen rato cazando en Imperial Valley.

Hawks y Faulkner mantenían la conversación a su paso por Palm Springs acerca de los escritores. Gable intervino entonces para que el autor le dijera los que consideraba mejores.


Y Faulkner dijo: “Thomas Mann, Willa Cather, John Dos Passos, Ernest Hemingway y yo”. Gable se quedo mirándolo y le dijo: "Oh, ¿usted escribe, señor Faulkner?” y este respondió: “Sí. ¿Y usted que hace, señor Gable?”
 
Hawks comentó al respecto: "Yo no creo que Gable haya leído un libro alguna vez y no creo que Faulkner alguna vez haya ido a ver una película. Así que podrían haber estado al mismo nivel".

lunes, 2 de julio de 2018

El libro al que no se lleva el viento

Casi 60 años habían pasado desde el día en que la lectora sacó un ejemplar de Lo que el viento se llevó de la biblioteca... y no se acordó de devolverlo al terminar la lectura de la novela de Margaret Mitchell.

Concretamente se registró un retraso de 57 años en el préstamo, que no fue multado porque no constaba en el fichero de la Brooklyn Public Library. Si hubieran seguido su rastro todos esos años, habría que haber sumado 5 céntimos por el día laborable que el libro se hubiera retrasado... en este caso más de 20.000 días.

Roston, la lectora eterna, sí donó 50 dólares a la BPL, que optó por no volver a poner en la vía de préstamo este ejemplar de Gone With the Wind (un poco averiado por el paso del tiempo), pero sí disponerlo como obra de exposición.

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