lunes, 22 de octubre de 2012

La herencia del viento

Cuando Margaret Mitchell falleció en 1949, su legado pasó a su esposo y, de éste, al hermano de la escritora que, a su vez, pasó el testigo a sus dos hijos.


Los Marsh no tuvieron descendencia directa, lo que no fue obstáculo para que, en 1986, cuando se anunció que se preparaba una secuela de Lo que el viento se llevó que se había encargado a Alexandra Ripley, los herederos de Margaret se vieran acosados por una insistente mujer que aseguraba ser nada menos que "Bonnie Blue", la hija de los Mitchell y, por lo tanto, la única legítimamente autorizada para decidir si habría o no una secuela y, por supuesto, recibir los beneficios correspondientes.

martes, 16 de octubre de 2012

O'Hara en Londres

Un centenar de modelos lucidos en el cine a lo largo de más de un siglo de historia podrán contemplarse a partir del sábado, día 20, en el museo Victoria y Albert de Londres. Y, entre ellos, uno dedicado a Scarlett O'Hara, faltaría más. "Los vestidos no son una frivolidad, siempre significan algo", dijo el especialista en colecciones de teatro James Laver, y, sin duda, se puede comprobar su afirmación en la visita al famoso Museo y el vistazo, entre otros, al traje llevado por Vivien Leigh.
 

martes, 9 de octubre de 2012

Que pujen los otros

La novela de Margaret Mitchell ha desempeñado un papel más o menos importante en la vida de muchas personas desde su publicación; para algunos significó un éxito profesional, personal o financiero; a otros, su lectura les proporcionó horas de evasión (o de aburrimiento); a algunos les inspiró en su vida privada o laboral en un sentido u otro; en la biografía de cierta gente, Lo que el viento se llevó ocupa varios capítulos... y en la de otra, sólo una nota al pie.

Harry Bernstein se encuentra entre estos últimos, sobre todo porque su vida ha sido larga y provechosa: este director de revistas especializadas, articulista y escritor de novelas (la primera la publicó a los 96 años), trabajó durante un tiempo como lector de originales en varios estudios de cine. En esta posición se encontraba en 1936, cuando a su mesa llegó la tarea de leer y comentar GWTW; como se trataba de un libro de extensión más bien amplia y Harry tenía otros planes para el inminente fin de semana, se limitó a leer la sinopsis por encima y determinar que se trataba de "Una novela histórica más". Sus superiores, siguiendo su recomendación, se abstuvieron de entrar en la puja por los derechos para el cine, pero cuando el libro se convirtió en un campeón de ventas y en una propiedad cotizada... Bernstein fue despedido.

lunes, 1 de octubre de 2012

Personajes (XVI)

Bonnie Blue Butler, hija de Escarlata y Rhett, la más querida para su madre y la niña de sus ojos para su padre, que deseaba para ella lo mejor que pudiera conseguir. Llevaba el nombre de dos emperatrices (sus contemporáneas Eugenia de Montijo, en Francia, y Victoria, en Inglaterra), pero un comentario de Melania sobre el color de sus ojos y la bandera confederada la rebautizó.


Bonnie, mimada hasta la exageración, era una niñita valiente, caprichosa y con la voluntad de su abuelo Gerald. Su color preferido era el azul; incluso hubo que confeccionarle de este color su traje de amazona, cuando lo apropiado era el paño negro. Sólo le temía a una cosa: la oscuridad. Mammy, en un intento de conseguir que dejara de levantarse por las noches y pasear por toda la casa, le había metido el miedo en el cuerpo contándole historias de fantasmas que aterrorizaban a la chiquilla. Para estar con ella, Rhett abandona un tanto sus costumbres crapulosas y la lleva a dormir a su habitación con una lámpara encendida.

Su padre, que no podía negarle nada porque a través de ella reconducía el amor que Escarlata le negaba, le compró un poney que sería la perdición de la nena. Empeñada en saltar una valla más alta, sufre una mala caída y muere desnucada. El accidente abre una brecha aún mayor entre los esposos.

Varios infantes dan vida a Bonnie Blue Butler en la película: Greg Geise hizo doblete a muy tierna edad, porque le vemos tanto como la recién nacida Bonnie como un Beau de mantillas; para otros planos se contó con Kelly Griffin; Julie Tuck ocupa el cochecito que Rhett maneja tan orgulloso; Phillys Callow es la niña a los dos años que se chupa el pulgar. Para interpretar a la niña ya un poco más crecida se pensó en probar a una tal Elizabeth Taylor, pero su familia adujo que no era conveniente para la niña participar en una película de tan dudosa moralidad . Se probó entonces a las hijastras de Herbert Kalmus, el presidente de la compañía Technicolor, y, descartada la mayor por haber crecido demasiado antes de poder ponerse frente a la cámara, fue su hermana pequeña, Cammie King, la que obtuvo el papel de Bonnie a los 4 años.

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