martes, 30 de junio de 2009

Homenaje filatélico

Para celebrar el 50º aniversario de la publicación de Lo que el viento se llevó se emitió en Estados Unidos, el 30 de junio de 1986, un sello con la efigie de Margaret Mitchell, diseñado por el texano Ron Adair. Su valor facial era de 1 centavo.

No se trataba de una emisión especial, es decir, que no era un sello de mayor tamaño que los corrientes y tampoco tenía una fecha límite fijada, por lo que se puede encontrar fácilmente.

Por supuesto, el precio de compra se eleva un poco si el coleccionista adquiere alguna de las estampillas emitidas aquel primer día, algunas de las cuales llevan la firma de las personalidades que estuvieron en la presentación en Atlanta.

Butterfly McQueen fue la encargada de hacer los honores y demostró que se había reconciliado un tanto con Prissy, porque no tuvo reparos en volver a pronunciar su réplica más famosa: “Ah doan know nuthin’ ‘bout birthin’ babies!”

Entradas relacionadas:
30 de junio de 1936: Se publica "Lo que el viento se llevó"

lunes, 29 de junio de 2009

De paseo con Belle Watling

Hoy viajamos hasta la ciudad de Raymond, en el estado de Washington, para localizar uno de los vehículos que se usaron en Lo que el viento se llevó.

El Northwest Carriage Museum alberga en su colección de carruajes el landó de Belle Watling, que, meses antes de transitar por las calles de Atlanta, había hecho lo propio por las de la Nueva Orleáns de Jezabel.

Conocido como landó Shelburne, caracterizado por sus líneas rectas, contaba con dos capotas que se unían en el centro, con lo que se podía optar dejarlas bajadas para disfrutar del paisaje o subirlas para gozar de mayor intimidad, que se veía aumentada por las cortinas que cubrían las ventanillas.

domingo, 28 de junio de 2009

Sencillo "traje de noche"

Cuando Escarlata sufre su pesadilla recurrente durante la luna de miel y Rhett acude a consolarla, Walter Plunkett nos permite atisbar parte de otra de sus creaciones: un camisón de batista blanca con cuello en forma de "v" con un volante que lleva un plisado igual al de los puños y un fruncido a la altura de los hombros.

Que la secuencia sea breve y que nuestra atención se centre en la acción y el diálogo, en uno de los momentos más tiernos y reveladores del matrimonio Butler, no impide que dejemos de apreciar el cuidado por el detalle que distinguió el vestuario de Lo que el viento se llevó: Escarlata puede ahora permitirse el lujo de no repetir camisón y éste, aunque sencillo, nos coloca de inmediato en situación en cuanto a la época y sus usos.

sábado, 27 de junio de 2009

TVE estrena "Lo que el viento se llevó"

Televisión Española, por entonces la única cadena del país con cobertura en todo el territorio, emitió GWTW por primera vez la noche del 27 de junio de 1986.

La cantidad pagada por los derechos de emisión fue “mayor de 67 millones de pesetas”, que era el récord que ostentaba Doctor Zhivago (Doctor Zhivago, 1965), y “menor de 150 millones de pesetas”, que fue la cifra más alta que se citó al respecto desde fuentes oficiales, pero que pudo muy bien sobrepasar los 250 millones de pesetas, si se incluyen los pases sucesivos que se contrataron para varios centros territoriales.

Los ingresos publicitarios de esa noche superaron los 400 millones de pesetas, para un total de ocho bloques con una tarifa de más de cuatro millones de pesetas por un spot de 20 segundos. No le fue mal la noche al “ente”, ya por entonces abrumado por una mala situación económica y por las críticas a la gestión del director general, José María Calviño, al que se llevó el viento unas semanas después; había anunciado que no renovaría su mandato, pero que continuaría en el cargo al menos hasta conseguir emitir Gone With the Wind.

viernes, 26 de junio de 2009

Josef Swickard, extra

Los periódicos del 1 de marzo de 1940 anunciaban el triunfo de Lo que el viento se llevó en los Premios de la Academia que se entregaron la noche anterior, pero también, aunque con un espacio más reducido, llevaban la noticia de la muerte ese mismo 29 de febrero de un veterano actor que casualmente había participado como extra en GWTW, en la secuencia de la llegada de Ashley de permiso a la estación de Atlanta.

Se trataba de Josef Swickard, que había nacido en Alemania el 26 de junio de 1866; con experiencia previa en el teatro, tanto en Europa, como en Sudáfrica y América del Sur y luego en Estados Unidos, debutó en el cine en 1912; trabajó con Griffith y Mack Sennett y la industria pronto sacó provecho de su porte aristocrático para adjudicarle papeles secundarios donde se requiriera su tipo, sobre todo en la época muda; luego se prodigó en películas de bajo presupuesto y seriales de acción o fantásticos.

Recordado como el padre de Valentino en The Four Horsemen of the Apocalypse (Los cuatro jinetes del Apocalipsis, 1921) o como el duque della Varnese en Don Juan (Don Juan, 1926), su nombre saltó a los titulares en 1939 por una verdadera tragedia: su ex esposa, la actriz Margaret Campbell, fue asesinada por su hijo. Aunque la rumorología hizo correr la leyenda de que Swickard, abrumado por el dolor fruto de este penoso asunto, se suicidó arrojándose desde lo alto del famoso letrero de Hollywood (llegar arriba parece una hazaña improbable para un hombre de su edad), lo cierto es que la muerte le sobrevino por causas naturales.

jueves, 25 de junio de 2009

Varios "estudios en Escarlata"

"Gone With The Wind" as Book & Film es una recopilación realizada por Richard Harwell y que recoge una excelente colección de ensayos sobre Margaret Mitchell, la novela y la película desde diferentes ángulos y puntos de vista.

La lectura de esta selección de Harwell, que fue una de las mayores autoridades en GWTW, nos permite colocar el libro y el largometraje en su contexto cultural e histórico, a través de críticas contemporáneas en varias publicaciones, artículos sobre el impacto que el éxito de Lo que el viento se llevó tuvo en la vida de su autora o que se centran en aspectos psicológicos, políticos o incluso religiosos de la historia de Escarlata O'Hara y el fenónemo literario y cinematográfico que se originó en 1936.

miércoles, 24 de junio de 2009

Clásico entre los clásicos

Hace unas semanas el canal TCM celebró sus 15 años de emisiones con una serie de listas que clasificaban las películas según un tema dado.

Inauguró la serie la relación de clásicos que han contribuido a perfilar el cine, los largometrajes con mayor influencia en los años que siguieron a su estreno y, en suma, representaron un avance en el Séptimo Arte.

Lo que el viento se llevó esta incluida en el inventario, que está ordenado por la fecha de estreno:

The Birth of a Nation (El nacimiento de una nación, 1915)

Bronenósets Potyomkin (El acorazado Potemkin, 1925)

Metropolis (Metrópolis, 1927)

42nd Street (La calle 42, 1933)

It Happened One Night (Sucedió una noche, 1934)

Snow White and the Seven Dwarfs (Blancanieves y los siete enanitos, 1937)

Gone With the Wind (Lo que el viento se llevó, 1939)

Stagecoach (La diligencia, 1939)

Citizen Kane (Ciudadano Kane, 1941)

Ladri di biciclette (Ladrón de bicicletas, 1947)

Rashômon (Rashomon, 1950)

The Searchers (Centauros del desierto, 1956)

À Bout de Souffle (Al final de la escapada, 1959)

Psycho (Psicosis, 1960)

Star Wars (La guerra de las galaxias, 1977)

martes, 23 de junio de 2009

¿A qué huelen las Scarlett?

La firma Cacharel está a punto de lanzar al mercado un nuevo perfume, de nombre Scarlett, en referencia inevitable a la omnipresente actriz Scarlett Johansson y también al personaje de la novela de Margaret Mitchell y de la película de la Selznick International.

Tres perfumistas de renombre, Honorine Blanc, Alberto Morillas y Olivier Cresp, han creado este aroma, destinado a mujeres de entre 15 y 25 años, combinando hojas de té, cítricos, pera, jazmín, flor de naranjo, miel de lavanda, madreselva, sándalo y almizcle blanco.

Cacharel, que busca repetir el éxito de Anaïs Anaïs, presentará la fragancia en un frasco diseñado por Christophe Pillet, que nos evoca más la época de la señorita O’Hara que los tiempos actuales de la intérprete de Scoop.

lunes, 22 de junio de 2009

El humor del presidente

En 1977 el presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, recibía en la Casa Blanca a miembros del American Film Institute, que celebraba su décimo aniversario. En el discurso que pronunció en esa recepción el político georgiano no pudo evitar una referencia a GWTW:

“In the South, we date life either before Gone With the Wind and after Gone With the Wind, as you know. When Gone With the Wind first came out, every school in Georgia was closed, and all the students were hauled to the theaters on the school buses. And it made a great impact on our lives. I think, perhaps, we saw a different version from what was seen in the rest of the country. One of my favorite scenes was the burning of Schenectady, New York... just before Grant surrendered to Robert E. Lee. It was a great movie. It's not quite as good now as it was then.”

(“En el Sur, marcamos el tiempo con “antes de Lo que el viento se llevó” y “después de Lo que el viento se llevó”, ya saben. Cuando Lo que el viento se llevó se estrenó, todas las escuelas de Georgia cerraron y llevaron a los alumnos en autobús a los cines. Y tuvo un gran impacto en nuestras vidas. Me parece que vimos una versión diferente a la que vio el resto del país. Una de mis escenas favoritas fue el incendio de Schenectady, Nueva York, justo antes de que Grant se rindiera a Robert E. Lee. Era una gran película. Ahora no lo es tanto como lo fue entonces.”

domingo, 21 de junio de 2009

Scarlett al sur del Sur

Hace unos días indicábamos que uno de los vestidos que había lucido Vivien Leigh en la parte central de Lo que el viento se llevó había viajado a Brasil tras la subasta que se celebró en 1999. Concretamente, a Sao Paulo, la capital, donde la diseñadora Beth Barreto, ávida coleccionista de todo lo referente a Vivien y GWTW, lo guarda como uno de sus mayores tesoros.

Beth es la propietaria del bar y restaurante Scarlett que es, a su vez, todo un museo dedicado a la película. En el menú, se nos cuenta, no pueden faltar platos como “la carne Rhett Butler” o el “plátano a la Escarlata” (se nos hace la boca agua…), quizá servidos en una vajilla que reproduce la usada por los Butler en su luna de miel.

Barreto, una Windie de primera división (que afirma haber visto la película ¡más de 7000 veces!), hizo construir su casa con aires sureños (sureños de Estados Unidos), su cama es una copia de la de Escarlata, y se ha gastado importantes sumas en adquirir algunas prendas y piezas originales y en reproducciones que no duda en lucir.

sábado, 20 de junio de 2009

A la caza del gazapo (XXX)

La digna pobreza de los Wilkes durante la posguerra no les impide disfrutar de los adelantos técnicos de los que sus convecinos aún tardarían algunos años en disponer. O eso parece en el momento en que el doctor Meade pide que trasladen al herido Ashley a otra habitación para atenderle mejor.

Melania, con una presencia de ánimo encomiable, coge una lámpara de una mesita e indica a Rhett el camino. Pero de esa lámpara cuelga un sospechoso cable que no la sitúa precisamente en la Atlanta de 1868, un detalle del que no se dio cuenta ni la propia Olivia de Havilland, concentrada en su personaje, pero que maneja lámpara y cable con la naturalidad de una habitante de 1939.

viernes, 19 de junio de 2009

Calorías que el viento no se lleva

Con motivo del estreno en Bruselas de Lo que el viento se llevó, en 1949, la casa chocolatera Godiva creó un bombón bautizado como la película: Autant en emporte le vent, que con el tiempo se acortó simplemente a Autant.

Está decorado con una pluma inspirada por la del sombrero con el que Escarlata culmina su creación en terciopelo verde, en la que se ha escrito (a mano) la palabra Autant; es una delicia para el paladar: la cubierta exterior es de chocolate con leche, la interior de chocolate negro y el relleno de crema de café y chocolate... ¡adecuadísimo para terminar una de las comidas de la hambrienta señora Butler!

jueves, 18 de junio de 2009

"The Dew is on the Blossom"

Cualquier esfuerzo era poco para contribuir a sufragar los gastos de la guerra, y las señoras de Atlanta competían, en los primeros tiempos de la contienda, por organizar los mejores y más fructíferos eventos para recaudar fondos. Margaret Mitchell nos da un ejemplo al describir una “velada artística” patrocinada por la señora Elsing en la que participan Escarlata y Melania.

La adaptación cinematográfica nos deja sin el espectáculo de ver y oír a las dos cuñadas interpretando un par de canciones y a Escarlata encarnando el Espíritu de la Confederación, pero podemos imaginarlas fácilmente.

The Dew is on the Blossom es una de las dos piezas del repertorio de este inusual dúo. Era una de las canciones favoritas de J.E.B. Stuart, que cantaba aires populares incluso en el fragor de la batalla.

El rocío sobre los capullos es una serenata compuesta en 1850; la letra se atribuye a una incógnita Amelia y la música a E. Thomas.

“The dew is on the blossom
And the young moon on the sea.
It is the twilight hour
The hour for you and me.
The time when memory lingers
Across life’s dreary track
When the past floats up before us
And the lost comes stealing back…”

(“El rocío cae sobre los capullos
y la creciente luna está sobre el mar.
Es la hora del crepúsculo,
El momento en que el pensamiento vaga
Por el desolado sendero de la vida.
Cuando el pasado flota ante nosotros
Y lo perdido vuelve a hurtadillas…”)

miércoles, 17 de junio de 2009

Lista de bajas (XX)

Muchos de los participantes en la creación de Lo que el viento se llevó se fueron quedando en el camino, año tras año, pero no se puede negar que muchos otros, que ya eran mayorcitos a finales de los años 30, tuvieron una larga vida.
En 1981 perdimos a:
Ridgeway Callow, 80. (Segundo ayudante de dirección)

Lou Forbes, 79. (Director musical)

Hugo Friedhofer, 80. (Orquestaciones)

Tracy Lane, 91. (Dueño del caballo usado en “el incendio de Atlanta”, escondido en el carro para guiarlo)

Naomi Pharr, 90. (Criada de Tara, en la oración de la familia y la servidumbre)

Kart Struss, 95. (Cámara en las pruebas en Technicolor).

martes, 16 de junio de 2009

Selznick, el indeciso

Las indecisiones del productor, una constante a lo largo de toda su carrera, causaron no pocos sobresaltos a sus colaboradores antes, durante y después del rodaje de Lo que el viento se llevó.

Walter Plunkett no se libró de la eterna incertidumbre de Selznick, pues, aunque su oferta para encargarse del vestuario de la película fue acogida con bastante entusiasmo por el jefe del estudio, tuvo que correr con los gastos de sus viajes de investigación. Su contrato era por quince semanas y, cuando expiró, Selznick le rogó que continuara trabajando, pero sin cobrar. Plunkett, comprensiblemente, le dijo que no.

Selznick, como haría con Steiner y la música, inició una maniobra para picar el ego de Plunkett y al mismo tiempo asegurarse de que tendría un sustituto si su añagaza fallaba: empezó a mantener contactos con otros diseñadores (Adrian, Milo Anderson, Howard Green, Gladys Calthrop, Mabel Downs, Muriel King…) y se lo hizo saber a Walter.

Como resultado, se firmó un nuevo contrato, por 400 dólares semanales (que pasaron a ser 750 a la semana cuando empezó la producción de GWTW). Plunkett no perdió el tiempo y a finales de febrero de 1938 ya tenía preparados sus primeros bocetos; quiso contar con la aprobación de Margaret Mitchell, pero eso tampoco fue posible. El diseñador, que al final contabilizó 162 semanas de trabajo en la película, se tomó unas semanas de respiro en Europa, sin descuidar su investigación.

Pero su trabajo en Gone With the Wind no estuvo del todo seguro hasta el último momento: Selznick seguía barajando nombres (Barbara Karinska, Helene Pons, Ladislaw Czettel…), incluso para que los diseñadores elegidos formaran equipo y se repartieran los personajes, y no tomó la decisión de continuar sólo con Plunkett hasta la primera semana de 1939.

lunes, 15 de junio de 2009

Pluma con ingenio

Las fuentes no se ponen de acuerdo en adjudicar la autoría de este ingenioso pareado de 1939 sobre la recién estrenada versión cinematográfica de la novela de Margaret Mitchell, que nos recuerda que las películas no son lecciones de historia, especialmente si se basan en un material previo que pertenece al género de ficción:

"The Civil War was quite a fight and not a mere diversion;
I never knew how tough it was before Dave Selznick's version."

(“La Guerra Civil fue toda una lucha y no una pura diversión;
no supe lo dura que fue hasta que Dave Selznick lanzó su versión.")

Tal vez algún lector pueda confirmar que el chascarrillo apareció en la columna que firmaba Irving Hoffman (la “inspiración” para Chantaje en Broadway) en el Hollywood Reporter; también se atribuye al escritor Ogden Nash.

domingo, 14 de junio de 2009

Antes de Tara

Aunque no podamos imaginarnos la plantación de los O’Hara con otro nombre que no sea Tara, lo cierto es que Margaret Mitchell había optado por otra denominación en un principio.

Fontenoy Hall tiene también un eco irlandés, pero más cercano en el tiempo que la ancestral colina, y quizás la escritora pensó que sonaba demasiado ampuloso para la poco geométrica casa que habían construido los esclavos a las órdenes de Gerald.

Como apunta O’Connell, la palabra Tara remite casi de inmediato al poema de Moore The Harp that Once Through Tara's Halls, por lo que "Hall" estaría implícito, y así se asemeja también a los nombres de las plantaciones cercanas, también de un solo vocablo (exceptuando Doce Robles).






Fontenoy es un nombre de grato recuerdo para los irlandeses, pues en 1745, en esta localidad de lo que hoy es Bélgica, los ingleses cayeron derrotados por las tropas francesas, apoyadas por las brigadas irlandesas (que se habían unido a la lucha después de que los ingleses rompieran el tratado de Limerick y pusieran en vigor duras leyes sobre la población de la isla).





La batalla pertenece a la Guerra de Sucesión Austríaca y las hostilidades habían surgido por la pretensión de reconocer a María Teresa como emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico, pero ya se sabe que “cuando las guerras acaban, nadie sabe lo que las motivó”…

Los irlandeses se distinguieron en la batalla y el propio rey de Francia reconoció su valor y su apoyo. El grito “¡Recordad Fontenoy!” se oyó a menudo desde entonces; el galés Thomas Davis escribió un poema con ese título y también sonó en la Guerra Civil, pues lo adoptó la Brigada Irlandesa, formada a partir del famoso regimiento 69º de la Milicia de Nueva York y compuesta mayoritariamente por irlandeses bajo el mando del general Meagher, que animó a las tropas en medio de la batalla de Bull Run apelando a la más gloriosa victoria de los hijos de la verde Erín.

sábado, 13 de junio de 2009

Bonnie con libro y blog

Su carrera cinematográfica se limitó a sólo tres títulos, dos de ellos inolvidables, y se "retiró" a la tierna edad de 8 años, pero Cammie King, la intérprete de Bonnie Blue Butler en sus últimas apariciones en la pantalla, no ha olvidado sus experiencias en el rodaje de Lo que el viento se llevó y ha publicado un libro titulado Bonnie Blue Butler: A "Gone With The Wind" Memoir, que se une a la extensa bibliografía sobre la película.

Además, Cammie, que ha participado en muchas celebraciones relacionadas con GWTW a lo largo de estos 70 años, también ha abierto un lugar propio en la blogosfera.

viernes, 12 de junio de 2009

Pequeños caprichos al alcance de cualquiera

El 12 de junio de 1999 tenía lugar una subasta en Sotheby’s, en Nueva York, en la que varios objetos relacionados con Lo que el viento se llevó cambiaron de dueño por un “pequeño precio”:

La estatuilla que la Academia entregó David O. Selznick como productor de la mejor película de 1939 pasó a ser propiedad de Michael Jackson, que ganó la puja al ofrecer (por teléfono) más de 1.500.000 dólares, tres veces más de la cifra de salida.

Hay que recordar que sólo desde 1950 se requiere que los ganadores se comprometan a no vender sus Oscar y que muchos de las personas que adquieren una de las estatuillas concedidas antes de esa fecha acostumbran a devolverlas a su vez a la Academia.

Un guión de rodaje, con sus anotaciones en papeles de diferente color para cada versión de una frase o escena que se añadía y que por eso se conoce como “guión arco iris”, alcanzó la cifra de 46.000 dólares. Era el ejemplar que pertenecía a Lydia Schiller (ayudante de producción y guión) y abarca toda la segunda parte de GWTW, con notas de Selznick y de la secretaria de rodaje Barbara Keon y con alternativas más suaves al famoso “damn”.

Uno de los ejemplares del vestido estampado que llevó Vivien Leigh en la parte central de la película viajó a Brasil, pues una ávida coleccionista, bajo el nombre clave de “Scarlett”, desembolsó 90.600 dólares, cuando la estimación inicial lo colocaba en 15.000 dólares.

jueves, 11 de junio de 2009

Más rápido que el viento

No es fácil resumir el argumento de Lo que el viento se llevó en unas cuantas líneas, pero aquí tenemos una magnífica “condensación”. Para gente con prisas… y con sentido del humor, del que aquí hay mucho:




“Algún día, Escarlata, quiero que me digas lo mismo que le dijiste a Ashley Wilkes: “Te quiero”.

“Eso es algo que no me oirás en toda tu vida, Rhett"

“Te quiero más de lo que he querido a nadie. Bésame. Una vez.”

“Bueno, los yanquis están quemando Atlanta, así que cumpliré con mi deber y me uniré al ejército.”

“¿Y me dejas aquí, sola, sin dinero y sin nada que comer? ¡fiddle-dee-dee!”

“Pero yo pongo a Dios por testigo de que no volveré a pasar hambre jamás”

“Oh, Rhett, sobreviví a la guerra, pero estoy arruinada. ¿Me prestas 300 dólares?"

“Sólo si aceptas casarte, Escarlata”

“Eres un tonto, Rhett Butler. Sabes que siempre amaré a otro”

"Tendremos una niña y le compraremos un pony, que la tirará de la silla y la matará”.

“Tú tienes la culpa de todo”.

“Francamente, querida, eso no me importa”

miércoles, 10 de junio de 2009

Hattie McDaniel, Mammy

Hattie McDaniel especialista en robar la escena a todas y cada una de las estrellas de sus películas, en las que casi siempre interpretaba a la fiel y rezongona criada o, por supuesto, a la “mammy” de cualquier señorita sureña que se preciara, nos dejó una Mammy incomparable en Lo que el viento se llevó.

Nació el 10 de junio de 1895 y la recordamos en The Blonde Venus (La venus rubia, 1932), I'm no angel (No soy ningún ángel, 1933), Alice Adams (Sueños de juventud, 1935), Show Boat (Magnolia, 1936), Saratoga (Saratoga, 1937), In this Our life (Como ella sola, 1942), Since You Went Away (Desde que te fuiste, 1944)... y así, hasta casi en un centenar de películas, con crédito o sin crédito.

Hattie fue una trabajadora incansable, que se prodigó en las tablas, la radio, el cine y la televisión hasta que el cáncer se la llevó en 1952.

Dejó sus estudios para dedicarse de lleno a la actuación y empezó en los minstrel shows que organizaba su padre (que había sido esclavo y luchado en la guerra civil), junto con varios de sus hermanos. Cuando el trabajo se hizo escaso, McDaniel se vio abocada al servicio doméstico, pero nunca alejada de los escenarios, como cuando consiguió que la dejaran actuar en el club en el que estaba contratada como camarera y encargada de los lavabos.

Esta inmensa mujer (su corazón era tan grande como su físico), llegó a Hollywood a principios de los años 30 y siguió complementando su escaso salario en la radio con puestos de criada. Los papeles en el cine se fueron haciendo poco a poco más largos y la actriz empezó a recibir reconocimiento, aunque también críticas por las partes estereotipadas que le correspondían. Hattie replicó una vez: “Prefiero interpretar a una criada y ganar 700 dólares a la semana, que ser una y ganar 7 dólares semanales.”

Fue la primera mujer negra en cantar en la radio y en conseguir un Premio de la Academia. McDaniel no pudo evitar las lágrimas al término de su emocionado parlamento tras recoger el Oscar. La sala entera se había puesto en pie cuando se pronunció su nombre, y otra ovación la acompañó cuando volvió a su asiento.

Entradas relacionadas:
Para leer sobre Hattie McDaniel
Un homenaje a Hattie en el teatro

martes, 9 de junio de 2009

Otra Scarlett para el censo

Que los padres decidan bautizar a sus vástagos con el nombre de los protagonistas de sus novelas favoritas pueden ser una bendición o una fuente de problemas para los hijos, dependiendo, claro está, de lo llamativo del nombre. Si la niña se llama Scarlett, se puede apostar con un 99% de posibilidad de acierto a que alguien estaba pensando en Lo que el viento se llevó.

Así sucede en el caso de la actriz de origen eslovaco Scarlett Chorvat, que cuenta que, durante una prueba de selección de reparto, se le acercó un joven que le dijo: “Me llamo Rhett”. La actriz, sin duda curtida ya por cientos de aproximaciones semejantes, le pidió que lo probara enseñándole el carnet de identidad.

Scarlett no debe de ser un nombre muy habitual en Bratislava, pero no se puede negar que el viento llega a todos los lugares del mundo…

lunes, 8 de junio de 2009

Personajes (I)

Cientos de personajes pueblan las páginas de Lo que el viento se llevó y casi otros tantos pueden ser identificados por su nombre en la traslación a la pantalla de la novela de Margaret Mitchell.

La mayoría son ficticios, creación de la autora con unos toques aquí y allá de personas que vivieron acontecimientos similares y cuyas vidas conocía por ser familiares o amigos y cuyas historias le llegaron no sólo a través de la investigación, sino por medio del intricando sistema social del Sur.

Hay referencias a personajes históricos, políticos y militares sobre todo, cuyas biografías sería redundante colocar en estas páginas, aunque bien podremos aludir a ellos si se da el caso, pero esta serie de entradas que abrimos hoy la reservamos a los de ficción.

Una relación semejante a la nuestra puede encontrarse en "Gone With the Wind" on Film: A Complete Reference, de Cynthia Marylee Molt, un libro que todavía no ha sido traducido al español; junto a la novela, es nuestro punto de partida para un nuevo viaje a través de las páginas de GWTW.

Puede que se nos haya escapado alguno (omisión que intentaremos corregir en cuanto podamos), pero intentaremos citar a todos los personajes que aparecen o son aludidos por su nombre. Empezamos ya:

Durante la polémica reunión para decidir si se cuidarán también las tumbas de los soldados de la Unión que comparten el cementerio con los caídos sureños, Melania afirma que está dispuesta a hacerlo. La argumentación que realiza evoca a la señora Allan el destino de su marido y su hermano, muertos en Ohio.

domingo, 7 de junio de 2009

Testigo ocular de los hechos

En lo que en tiempos fue una bolera en la pequeña localidad de Midland, en Carolina del Norte, Martin Hill ha reunido a lo largo de los años una impresionante colección de equipamiento fotográfico que surte a la industria del cine de todo aquello que pueda necesitar: cámaras, trípodes, dollies, lentes… de diversas marcas, nuevas o usadas.

La firma atesora, entre otras piezas, la cámara usada por Ford en ¡Qué verde era mi valle!, la que empleó Hitchcock en La trama, la grúa de Ciudadano Kane… y la cámara de Technicolor número 7 que, con toda certeza, estuvo de servicio durante el rodaje de “el incendio de Atlanta” de Lo que el viento se llevó y es muy probable que participara en otras secuencias (recordemos que a finales de 1938 las cámaras de Technicolor existentes apenas superaban la decena).

sábado, 6 de junio de 2009

Imprescindible en la discoteca

Con la colaboración de la compañía Turner, Rhino lanzó en 1996 una lujosa edición de la banda sonora de Lo que el viento se llevó que parte de la música original de la película; a través del máster de 1939, del que se pudieron encontrar 36 de las 37 bobinas, se procedió a la restauración que se presenta en dos CD, acompañados de un folleto de 52 páginas con la historia de GWTW y su música.

En esta ocasión se superan las 2 horas y 20 minutos de audición; los oyentes más jóvenes echarán de menos el estéreo y la aséptica limpieza de las grabaciones digitales de hoy, pero esta edición no debe faltar en las estanterías de un Windie; se descubren detalles que quizás han pasado inadvertidos bajo la potencia de las imágenes y el diálogo y tomas alternativas que no llegaron a la versión final; por el momento, es la edición más fiel y completa de la que disponemos, sin menoscabar la calidad y el cariño del resto de los esfuerzos realizados a lo largo de los años.
La referencia es Rhino Movie Music R2-72269

viernes, 5 de junio de 2009

No hay ninguna tarea superflua en un rodaje

Wilbur Kurtz, como asesor histórico, y el equipo de utilería y decorados, tuvieron la suerte de encontrar muchos vehículos de época que podían ser empleados en el rodaje de Lo que el viento se llevó, pero algunos de ellos habían sido modificados para otros usos más allá de las películas y se les habían incorporado neumáticos.

Se propuso hacer de nuevo la sustitución, pero los proveedores (anticuarios y coleccionistas) no estuvieron muy conformes con ello y surgió además un problema añadido: el tamaño de los ejes era diferente en uno y otro caso, y resultaba imposible encajar en ellos las ruedas de metal y madera de los tiempos de GWTW.

Por si los ayudantes de dirección y el propio Kurtz no tuvieran suficientes detalles de los que estar pendientes durante la filmación, tuvieron que anotar una tarea más en la lista: vigilar que no salieran en las tomas las huellas delatoras y anacrónicas de los neumáticos.

jueves, 4 de junio de 2009

Un veredicto incontestable

El American Writers’ Congress (Congreso de Escritores Americanos), patrocinado por la League of American Writers, se reunió por segunda vez en los primeros días de junio de 1937, en Nueva York.

Más de 450 escritores y críticos, progresistas y simpatizantes con la izquierda, debatieron varios asuntos de importancia, tanto para el mundo en general (los peligros del fascismo) como para los círculos literarios (la creación de una organización nacional de escritores que protegiera sus intereses, aglutinara a las diferentes generaciones para el intercambio de opiniones y experiencias…); Ernest Hemingway pronunció su único discurso en público, titulado El fascismo es una mentira, basado en sus experiencias en la guerra en España, con apoyo de las imágenes todavía sin montar de The Spanish Earth (Tierra de España, 1937), con comentarios de John Dos Passos y Lillian Hellman; entre los asistentes encontramos muchos nombres que los aficionados al cine pueden situar fácilmente: Donald Ogden Stewart, Clifford Odets, Erskine Caldwell, John Howard Lawson…

De interés para los Windies es que la asamblea eligió la mejor novela de 1936, un galardón que recayó en The Big Money (El gran dinero), tercera parte de la trilogía U.S.A. de John Dos Passos, que obtuvo 350 votos; esta vez Margaret Mitchell sufrió una aplastante derrota: sólo uno de los delegados votó por Lo que el viento se llevó.

miércoles, 3 de junio de 2009

Hermosos arneses para una bella mula

Si nos quedaba alguna duda de la decisión de Escarlata de resarcirse de las penurias de la guerra, la prueba definitiva bien puede ser esa habitación del hotel de Nueva Orleáns repleta de paquetes y, en especial, ese esplendoroso modelo que luce la señora Butler: es un vestido de faille color crema, con botones del mismo material en la falda y la parte superior, en el que lo más llamativo son las mangas, con un motivo en forma de hoja que forma dibujos desde el codo y rematado con bordados de algodón negro.

Tras pasar unos años en los almacenes de Western Costume, esta opulenta creación de Walter Plunkett pertenece ahora a la colección de Chris Sullivan y se puede ver (a menos que esté en préstamo para alguna exhibición) en el museo dedicado a Gone With the Wind en Marietta. El velo y el sombrero son reproducciones, porque los originales no se encuentran en buen estado después de unas cuantas peripecias.

martes, 2 de junio de 2009

"El mundo está lleno de lechos"

Rhett Butler era muy dado a las frases lapidarias, que reflejaban no sólo su carácter sino el de un época entera. Cuando Escarlata colmaba su paciencia, el caballero victoriano salía a relucir junto con el orgullo herido, y espetaba en la novela cosas como éstas:

“Fortunately the world is full of beds… and most of the beds are full of women” (“Afortunadamente, el mundo está lleno de lechos… y en casi todos los lechos hay alguna mujer.”, según la traducción de la novela en España).

Con ojo previsor, el guión de Lo que el viento se llevó vadeó las peligrosas aguas de la mención de “lechos” tan cerca de “mujeres” y evitó la ira de los censores con una versión que nos hace imaginar que Rhett se iba a jugar al póquer con Belle Watling… y nada más:

“The world is full of many things and many people, and I shan’t be lonely. I will find comfort elsewhere.” (“El mundo está lleno de muchas cosas y de muchas personas. No creas que te echaré de menos. Ya me consolaré en otra parte”, según el doblaje en España.)

lunes, 1 de junio de 2009

Apoyo bibliográfico

Cada cierto tiempo, más o menos cada mes, nos gusta rendir tributo a la bibliografía que utilizamos en Viento Escarlata y relacionar los títulos a los que hemos hecho referencia hasta ahora, así como renovar nuestra invitación a que los lectores añadan y comenten a placer:

David O. Selznick's Hollywood, por Ronald Haver.

Lo que el viento se llevó/Robin de los Bosques, por Javier Coma.

Memo from David O. Selznick, de Rudy Behlmer.

Selznick's Vision: "Gone With the Wind" & Hollywood Filmaking, de Alan David Vertrees.

The Complete "Gone With the Wind" Trivia Book, por Pauline Bartel.

Margaret Mitchell's "Gone With the Wind" Letters, 1936-1949, compilado por Richard Harwell.

Road to Tara, por Anne Edwards. (Biografía de Margaret Mitchell)

George Cukor, por Patrick McGilligan.

"Gone With the Wind" on Film: A Complete Reference, por Cynthia Marylee Molt.

A Child of the Century, de Ben Hecht.

Margaret Mitchell & John Marsh: The Love Story Behind "Gone With the Wind", por Marianne Walker.

They Still Call Me Junior, de Frank Coghlan, Jr.

Long Live the King, por Lyn Tornabene. (Biografía de Clark Gable)

Vivien Leigh, de Hugo Vickers. (Actualizado en 2008)

The King: A Biography of Clark Gable, por Charles Samuels.

A Quite Remarkable Father, por Leslie Ruth Howard. (Biografía de Leslie Howard)

Showman: The Life of David O. Selznick, por David Thomson.

Margaret Mitchell of Atlanta, de Finis Farr.

Stuntman, por Yakima Canutt.

Feminidad y mascarada en "Lo que el viento se llevó" y "Jezabel", de Eva Parrondo-Coppel.

Narración, tiempo y cohesión del relato en “Gone With the Wind”, de Vicente J. Benet.

Vivien: la vida de Vivien Leigh, por Alexander Walker.

The Filming of “Gone with the Wind”, por Herb Bridges.

Hollywood Be Thy Name, por William Bakewell.

Hattie: The Life of Hattie McDaniel, por Carlton Jackson

*Hattie McDaniel: Black Ambition, por Jill Watts.

Tara Revisited, por Malcolm Vance

The Oliviers, por Felix Barker

Hitchcock y Selznick, por Leonard J. Leff

The Complete "Gone With the Wind" Sourcebook: The Complete Guide for Every Fan, por Pauline Bartel

Looking for Tara: The "Gone With the Wind" Guide to Margaret Mitchell's Atlanta, de Don y Kay O’Briant.

*In Search of My Father, por Ronald Howard

Strange Tales of "Gone With the Wind", de Norman Shavin y Austin McDermott

The Story of "Gone Wind the Wind", por Bob Thomas

Selznick: The Man Who Produced "Gone With the Wind", por Bob Thomas

The Selznick Players, de Ronald Bowers

Scarlett O’Hara’s Younger Sister y *I’ll think about that Tomorrow, por Evelyn Keyes.

A Celebration of "Gone With the Wind", por Adrian Turner.

George Cukor, por Augusto M. Torres.

Backstory. Conversaciones con guionistas de la Edad de Oro, por Pat McGilligan.

Scarlett’s Women. “Gone With the Wind” and its Female Fans, por Helen Taylor.

Lo que el viento se llevó, Fascículo 1 de la colección Cine & Música, de Salvat.

The Private Diary of Scarlett O’Hara, de Cathy E. Crimmins y Thomas Maeder.

The Irish Roots of Margaret Mitchell's "Gone With the Wind", por David O’Connell

Lo que el viento se llevó, Aymá, 11ª Edición, Barcelona, 1978; Ediciones B, Barcelona, 1992; Pan Books, 1988.

*El vuelo de Ibis, por José Rey-Ximena. (Sobre los últimos días de Leslie Howard).

Crowning Glory: Reflections of Hollywood’s Favorite Confidant, por Sydney Guilaroff

The Official "Gone With the Wind" Companion: The Authorized Collection of Quizzes, Trivia, Photos- And More, por Stephen J. Spignesi.

Million Dollar Legends Margaret Mitchell and "Gone With the Wind", de Norman Shavin y Martin Shartar.

White Columns in Hollywood: Reports from the Gone With the Wind Sets, por Susan Myrick.

*Victor Fleming, de Michael Sragow

*Butterfly McQueen Remembered, por Stephen Bourne

“Gone With the Wind” Literary Study Guide (MaxNotes) a cargo de Gail Rae Rosensfit

**Now Is The Time, por Olivia de Havilland

**The Making of a Classic: The Story of Margaret Mitchell and Gone With the Wind, de Sally Tippet Rains

Technical Advisor: The Hollywood Journals of Wilbur G. Kurtz, editado por Richard Harwell.

Light of a Star: Vivien Leigh, por Gwen Robyns

Southern Daughter. The Life of Margaret Mitchell, por Darden Asbury Pyron.

Literary Reflections: Michener on Michener, Margaret Mitchell, Ernest Hemingway, Truman Capote, and Others, por James Michener.

Vivien, el alma de Scarlett, por Serge Mafioly

Laysen, la isla perdida, por Margaret Mitchell

Crazy Sundays F. Scott Fitzgerald in Hollywood, por Aaron Latham

Love Scene: Story of Laurence Olivier & Vivien Leigh, por Jesse L. Lasky.

*The Faces of Hollywood, por Clarence Sinclair Bull.

*The Man Who Shot Garbo: The Hollywood Photographs of Clarence Sinclair Bull, con texto de Terence Pepper y John Kobal.



*Todavía no lo hemos leído.
**Próxima publicación

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