Los Fontaine eran una familia vecina de los O’Hara, residentes en la finca llamada
Mimosa; son los más próximos a Tara y se les dedica bastante atención en la
novela, pero no tienen ninguna relevancia en la adaptación cinematográfica.
Componen la familia el viejo doctor Fontaine y su esposa, la
abuela Fontaine; su hijo, también médico y que fallecerá de disentería en
Vicksburg, está casado con Jane, la joven señorita Fontaine, conocida
cariñosamente como "Young Miss" (Señoritita,
en la traducción). Son padres de Tony, Joe y Alex, todos morenos y con
temperamento vivo y sanguinario, capaces de matar a cualquiera por una minucia.
Los dos médicos hacen sus visitas en el Condado; el mayor
aconseja a Ellen que lo mejor para la reciente viuda Escarlata es un cambio de
aires. Más tarde se une a la caballería del general Wheeler, y regresa a casa
con un brazo amputado. Su opinión médica coincide con la del doctor Meade, de
Atlanta: el parto ha debilitado demasiado a Melania y un segundo embarazo
pondría en peligro su vida. El viejo doctor muere en abril de 1966, dos meses
antes que Gerald O’Hara.
Joe Fontaine se casa con Sally Munroe y muere en Gettysburg,
en julio de 1863.
Tony Fontaine, que le disparara un tiro a Brent Tarleton,
regresa ileso de la guerra para intentar sacar de la pobreza a la hacienda.
Escarlata, para atrapar a Frank Kennedy, le dice que su hermana Suellen va a
casarse muy pronto con Tony, superchería que Frank no tarda en descubrir, pero
para entonces ya no puede hacer nada.
En abril de 1866 Tony se presenta una noche tormentosa en
casa de los Kennedy; ha matado a su antiguo capataz negro y a Jonas Wilkerson
por las afrentas que han recibido las mujeres blancas y Sally Munroe, su
cuñada, en particular. No tiene más remedio que huir de la justicia y se
detiene en Atlanta para comer algo y pedir un caballo con el que ponerse a
salvo en Texas. La ayuda que le presta el matrimonio, aunque no puede ser
probada, les pone en el punto de mira del gobierno militar, y Escarlata llega a
temer la confiscación de sus bienes.
Alex, que con su hermano Tony fue de los primeros del
Condado en regresar de la guerra y llevar la noticia de la rendición a Tara, se
puso a trabajar en Mimosa, a pesar de que antes de alistarse no había tenido
nunca más trabajo que el de elegir corbata. No había formado parte del coro de
cortejadores de Escarlata porque siempre había estado enamorado de Dimity
Munroe, pero su orgullo no le permite casarse con ella: sabe que no dispone del
dinero suficiente y prefiere esperar a conseguirlo. Pero, con Joe muerto y Tony
exilado en Texas, es el único hombre que queda en Mimosa para acompañar a la
viuda de Joe, y Alex se casa con su cuñada Sally para guardar las apariencias.
Será también uno de los porteadores del féretro de Gerald.
La primera visita que Escarlata puede realizar a sus
vecinos, gracias al caballo del desertor yanqui, es a Mimosa. Como la
plantación estaba lejos de la carretera, el ejército de la Unión no había
causado demasiados destrozos, aunque sólo quedaban cuatro esclavos; el resto
había huido. Las tres mujeres estaban solas con el pequeño hijo de Joe, y
llevaban luto por sus muertos en combate.
La abuela Fontaine, una venerable señora con licencia para
eructar en público, interroga a Escarlata sobre la situación en Tara. Se alegra
de que la casa haya quedado en pie, le dice que recoger el algodón ella misma
no será ninguna humillación y, después de contarle un espeluznante episodio de
su juventud, le advierte que es importante tener en la vida algo a lo que amar
y algo a lo que temer.
Las mujeres Fontaine prestan a los de Tara las suficientes
provisiones para sobrevivir en tanto las cosechas no maduren, con una
generosidad que no espera retribución y que era característica de la
convivencia vecinal sureña. La propia Sally avisa a todos de la vuelta de las
tropas yanquis, dando tiempo a que Escarlata organice una operación de salvamento
de víveres que les deja en mejor posición que a las Fontaine, que ven quemada
el ala de madera de la casa y sólo pueden salvar el resto a base de emplearse a
fondo con mantas y trapos mojados.
La abuela sufre un ataque al corazón debido al esfuerzo de
apagar el fuego, pero ello no le impide asistir al funeral de Gerald O’Hara, a
quien apreciaba por ser el marido de Ellen. Una hábil maniobra de Will Benteen
evita que la abuela lance una previsible diatriba contra Suellen, que había
precipitado la muerte de su padre, y la anciana mantiene otra larga
conversación con Escarlata, en la que encuentra cualidades admirables y también
defectos no tan perdonables según el código vigente, aunque la charla acaba por
acercar a ambas mujeres.
En la película, la familia Fontaine queda representada de pasada por el actor Tom Seidel, a quien se denomina "Tony Fontaine" en la secuencia del comedor de Doce Robles.
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