Antes de que la Selznick International se hiciera con los derechos de adaptación al cine de la novela de Margaret Mitchell, los estudios de Hollywood y sus respectivos departamentos de lectura mostraron diferentes grados de interés por Lo que el viento se llevó; aunque sólo fuera por hacerse con el material para que nadie más tuviera acceso a él, casi todas las productoras formularon una oferta en cuanto les llegó la sinopsis o simplemente un rumor de que había una historia muy interesante a punto de publicarse.
Hubo algunas negativas que poco a poco se transformaron en pujas crecientes o, al revés, un elaborado cortejo de la agente encargada de la negociación que al final quedó en nada, y maniobras que quedaron cortadas de raíz.
Entre estas últimas se cuenta el acercamiento a GWTW de Doris Warner, hija de Harry y sobrina de Jack, en su papel de lectora para la Warner Bros., que consiguió una opción de dos semanas sobre la novela e intentó convencer a los hermanos para que la compraran.
Como sus esfuerzos con los Warner no tuvieron éxito, ni tampoco con su marido, Mervyn LeRoy, ni con la RKO, Doris se decidió a probar con una de las actrices mejor pagadas de la época y con mejor sentido comercial, Constance Bennett.
No sabemos a qué hora empezó, pero eran las tres de la mañana cuando Doris acabó de contarle el argumento a Constance, una hora en la que cualquier idea, como la de invertir 25.000 dólares en comprar los derechos de una novela inédita, puede parecer magnífica. De momento, Constance parecía interesada en poner la mitad de los 50.000 que se pedían por Gone With the Wind, pero luego, tal vez tras unas horas de sueño reparador, le pareció demasiado arriesgado.
lunes, 4 de agosto de 2014
Doris Warner recibe negativas
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