La principal preocupación de Selznick fue lo mal que le sentaban ciertas prendas a Gable y la necesidad de mejorar este aspecto: “Observen los cuellos de Gable en su vida privada y vean qué bien le sientan, y luego compárenlos con los nuestros [del vestuario de la película]. De hecho, fíjense en lo bien que le quedan sus propios trajes normalmente, y compárenlos... con el terrible trabajo que a mi parecer estamos haciendo en lo que a él respecta”.
Un poco más tarde Selznick descubrió que a Gable se le había impedido contar con el consejo de su sastre habitual y que el actor se había desinteresado del asunto, en contra de su costumbre. Eddie Schmidt cuidó desde entonces del vestuario de su famoso cliente.
miércoles, 15 de abril de 2015
Vestir a los caballeros
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