Los editores lo habían fijado en 100.000 dólares, que era
una suma enorme tratándose de la primera novela de una escritora desconocida, Lo que el viento se llevó, de Margaret Mitchell,
pero Annie Laurie Williams, la encargada de las negociaciones por parte de la
editorial Macmillan, pensó que no había mejor manera de llamar la atención de las
productoras, aunque las pujas en firme se iniciaran sobre un precio más bajo.
Universal no quiso saber nada. MGM y Paramount tampoco
entraron en la carrera, en un principio. Jack Warner, ante la negativa de Bette
Davis, desistió de realizar una oferta.
Darryl F. Zanuck, de Twentieth Century Fox, ofreció 35.000
dólares. Williams rebajó el precio a 65.000 dólares, al ver que las pujas no se
sucedían como había esperado. La RKO, ante los ruegos de Katharine Hepburn,
pujó por 45.000 dólares.
Selznick hizo su oferta final: 50.000 dólares. Williams se
puso de acuerdo con Margaret Mitchell para aceptar esa cifra y aunque la RKO
ofreció cinco mil dólares más, la escritora mantuvo su palabra de vender los
derechos por 50.000 dólares. Mitchell firmó el contrato con la Selznick
International el 30 de julio de 1936.
Existe una versión no oficial, como en tantos aspectos de
GWTW: según Zanuck, él habría ofrecido 40.000 dólares y Paramount se unió a la
subasta con 45.000, lo que obligó a la Fox a llegar a los 55.000; Mayer hizo
reunirse entonces a los jefes de los estudios; escribieron sus nombres en
trozos de papel que metieron en un sombrero y decidieron que el que saliera
elegido compraría la novela. El papel llevaba el nombre de Selznick.
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