El bloqueo y la ingente cantidad de heridos y enfermos en el
ejército confederado provocó que los medicamentos empezaran a escasear muy
pronto, entre ellos la quinina, adecuada para combatir las fiebres.
Por su sabor amargo este derivado de la quina se empleaba
para evitar que los niños se metieran el dedo en la boca y deformaran la línea
de sus labios, consejo que la señora Merriwether brinda a Rhett cuando le
consulta sobre la costumbre de Bonnie, una argucia de Butler para ganarse las
simpatías de la desconfiada mujer tanto como una muestra de su preocupación por
la niña.
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