En febrero de 1943, a pesar de las duras condiciones de posguerra, todos aquellos que eran "alguien" en Madrid y muchos más que aspiraban a serlo se peleaban por una invitación para asistir a una proyección cinematográfica patrocinada por la embajada de Estados Unidos. La fama de Lo que el viento se llevó, que era la película en cuestión, provocó que las invitaciones se cotizaran a precios exorbitantes en el "mercado negro", que tanto se ocupaba de proporcionar bienes de primera necesidad como lujos como éste.
¿Todo Madrid? ¡No! Hubo al menos una persona que rechazó la invitación: el ministro de Agricultura Miguel Primo de Rivera, que explicó en una nota que hasta entonces no había tenido motivos para pisar la embajada americana y estaba convencido de que hacerlo sólo para asistir a la proyección de una película rebajaría su dignidad.
lunes, 21 de abril de 2014
No pisaré Estados Unidos
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