miércoles, 24 de junio de 2015

Cazatalentos ventosos

Entre la primavera de 1936 y enero de 1939 se produjo un inusitado incremento en las filas del gremio de los cazatalentos cinematográficos, aunque la mayoría de los que así se consideraban no eran profesionales y casi todos habían hecho un único descubrimiento: a sí mismos o a un pariente cercano.

La “fiebre escarlata” estaba en pleno apogeo y todos los días alguien consideraba que había encontrado a la Escarlata ideal en su hermana, a Rhett en el ascensorista de su oficina, al único intérprete posible de Ashley en una función de aficionados o a la Melania perfecta tras un mostrador de unos grandes almacenes.

Entre toda esta marea de directores de reparto espurios había unos cuantos que sí eran genuinos y en cuya experiencia confió Selznick para encontrar a los intérpretes principales de Lo que el viento se llevó.

Ya sabemos que, con un puñado de excepciones, de las sucesivas búsquedas no salió nada concreto, y no fue por falta de incentivos para los cazatalentos: el contrato de Max Arnow, que se unió a las “fuerzas expedicionarias” de Selznick en agosto de 1938, especificaba que, además de su sueldo semanal, cobraría un bonus de 5.000 dólares si descubría a la joven que al final sería contratada para Escarlata, 2.500 dólares adicionales si recomendaba a quien se adjudicara el papel de Ashley y otros 2.500 dólares si encontraba a la Melania correcta. Los esfuerzos de Arnow fueron en vano y su cuenta corriente no se vio incrementada por estos conceptos.

2 comentarios:

Alí Reyes dijo...

si no iba a encontrar a Vivien...fue lo mejor que pudo hacer..No hacer nada

Headhunters dijo...

Interesante articulo!!

Éxitos con el blog!

Paty
Headhunters

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.