Todos querían un papel, por mínimo que fuera, en Lo que el viento se llevó. William Bakewell sabía que amigos suyos aparecían ya en la pantalla, como Cliff Edwards o Roscoe Ates, aunque fueran escasos minutos, así que aceptó la propuesta de su agente.
En los terrenos de Culver City se dedicaba el espacio a una réplica de la calle Peachtree de Atlanta, y allí se situó a Bakewell, tras hacerle pasar por los departamentos de maquillaje y vestuario, para que encarnara a un oficial, un trabajo para el que se le adjudicaron dos días de rodaje.
1 comentarios:
Dos días de rodaje para esa escena, aparte, me imagino, del tiempo que tomó en dibujarse, en pintura mate, la ciudad cuando lo vemos que va cabalgando en la polvorosa calle Peachtree. Pienso que no se podría sacar una cuenta del tiempo que se llevó, en toda la película, para llegar a realizar cada escena final.
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