No fue fácil convencer a Clark Gable para que participara en los diferentes estrenos de Lo que el viento se llevó. Hasta el final de sus días se lamentaría de no haber podido obtener una compensación económica mayor por su trabajo en la película y de que Mayer y Selznick le habían utilizado como moneda de cambio; atado por su contrato y fiel cumplidor de sus cláusulas y siempre temeroso de quedarse sin sustento, el actor se avino a cumplir con su trabajo, pero hasta cierto punto, que coincidía con el fin del rodaje y quizás un par de apariciones personales.
La perspectiva de exhibirse en Atlanta en beneficio de Selznick y la MGM no le hacía mucha gracia, y varias circunstancias le llevaron a una inicial negativa a efectuar el viaje; entre ellas, su descontento personal con los magnates, el trato injusto que creía se le había dado a su amigo Victor Fleming por la cuestión de los créditos o el enterarse de que a los actores negros no se les iba a permitir estar presentes en las celebraciones en la capital de Georgia.
Además, Gable quería que su esposa le acompañara. La Metro se opuso, con el argumento de que Carole no estaba en su nómina y el estudio le estaría dando una publicidad gratuita. Eddie Mannix y Howard Strickling, hábiles conciliadores y expertos en manejar la imagen pública de las estrellas de la MGM, pasaron horas tratando de convencer a Clark, que no podía entender la exclusión de su esposa si se le permitía a Olivier acompañar a Vivien Leigh sin que ni siquiera estuvieran casados.
Lombard ejerció todo su poder de persuasión para eliminar el resto de las objeciones de su esposo y ambos viajaron finalmente a Atlanta. Eso sí, con tantos dimes y diretes, y para evitar más roces, no lo hicieron en el mismo avión en el que viajaron Selznick, Leigh y de Havilland, sino en un DC-3 especialmente fletado para ellos. El propietario de American Airlines vio una perfecta ocasión de obtener publicidad extra para el flamante modelo de la compañía si “el Rey de Hollywood” aceptaba el ofrecimiento, como así fue.
En Atlanta, el turno de fruncir el ceño fue para Selznick, porque en el fuselaje se leía “MGM’s Gone With the Wind”…
jueves, 10 de diciembre de 2009
El que no quería ir
El avión que llevó a Gable a Atlanta
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