Un habitual entre los secundarios del cine de antaño, Ward Bond interpretó a Tom, el capitán yanqui al que Rhett convence de que los hombres de Atlanta habían pasado la noche en el establecimiento de Belle y no en otras actividades menos lúdicas y mucho más condenables.
Wardell Bond, que nació el 9 de abril de 1903, jugaba en el equipo de fútbol americano de su universidad y participaba como extra en algunas películas cuando fue elegido para participar en Salute (El triunfo de la audacia, 1929), en donde trabó una duradera amistad con el director, John Ford, con el que trabajó varias veces: My Darling Clementine (Pasión de los fuertes, 1946), Fort Apache (Fort Apache, 1948), The Quiet Man (El hombre tranquilo, 1952), The Searchers (Centauros del desierto, 1956)... casi siempre al lado de su camarada John Wayne, compañero de francachelas.
Le vimos en innumerables películas, a veces como un personaje simpático, como el conductor de autobús que discute con Gable en It Happened One Night (Sucedió una noche, 1934) o su policía en It’s a Wonderful Life (¡Qué bello es vivir!, 1946), o como un tipo poco amistoso, como el portero del edificio elegante en Dead End (Calle sin salida, 1937), o su John McIvers de Johnny Guitar (Johnny Guitar, 1954).
Con una filmografía extensa y llena de clásicos, Ward Bond es toda una institución, convincente en cualquier papel por mínimo que fuera y, a falta de protagonistas, nos dejó una impresionante galeria de secundarios, desde el cine negro de The Maltese Falcon (El halcón maltés, 1941), donde le corresponde cerrar el diálogo de la película con su confundido “¿Eh?” ante la improvisación de Bogart: “…la materia de la que están hechos los sueños”, hasta la comedia de Bringing Up Baby (La fiera de mi niña, 1938), de nuevo como policía motorizado en medio del caos, pasando por el género bélico: The Sullivans (Eran cinco hermanos, 1944), They Were Expendable (1945)… o poniendo su físico de deportista al servicio del boxeo en Gentleman Jim (Gentleman Jim, 1942).
Conocido por sus ideas derechistas, Bond fue miembro destacado de la Alianza para la preservación de los Ideales Norteamericanos, muy activa durante la época del senador McCarthy, y su vehemencia en la defensa de la lista negra casi le costó no obtener más papeles, primero por que se peleaba con aquellos compañeros de rodaje que no estaban de acuerdo con él, y luego, cuando se produjo la reacción contra los que habían apoyado la caza de brujas.
No obstante, pudo continuar su carrera y alcanzar el rango de estrella con la exitosa serie de televisión Wagon Train (Caravana), aunque murió de un ataque al corazón a mitad de la tercera temporada, en 1960.
miércoles, 9 de abril de 2008
Ward Bond, el capitán yanqui (Tom)
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3 comentarios:
Buenas
De vez en cuando me paso por aquí para leer estas anécdotas de ese mítico film.
Te quería preguntar si tienes algun comentario o información sobre el primer marido de Margaret Mitchell. Se que era traficante de licor pero me han comentado que Margaret se basó en el para el personaje de Butler.
Un saludo
Muy buenas, Major:
Muy apropiado por su parte aparecer en el día del cumpleaños de Ward Bond, siempre tan marcial él, con sus personajes luchando en varias guerras... ;-)
Gracias por la visita. Yo también me paso por "Cbeh" de vez en cuando, para ilustrarme.
Mitchell siempre dijo que no se había basado en nadie concreto de la vida real para crear sus personajes, excepto Belle, a la que moldeó según las historias que le contaba su segundo marido sobre una madame de Kentucky. Se pueden encontrar similitudes entre su primer esposo, “Red” Upshaw, y “Rhett”, pero lo cierto es que si bien Butler “no era un caballero”, el tal Upshaw bordeada lo psicótico. Físicamente, Butler se parecía al abuelo paterno de la escritora, y, en su relación con Escarlata, recuerda muchas veces a John Marsh, excepto en sus acti-vidades más “borderline”, donde sí hay ecos de Upshaw, pero Rhett no llega nunca a ser tan cruel y violento como nos cuentan que fue el tal Upshaw.
Berrien “Red” Upshaw era la oveja negra de su familia, allá en Carolina del Norte, donde nació en 1901. No terminó la Universidad ni su estancia en la academia naval y se supone que disfrutó a tope de los “locos años 20”: chicas, juego y bebida. Sus ganancias de aquella época provenían, efectivamente, del contrabando de licores y las cartas le llevaron a la muerte en 1949 (hay varias versiones de lo que pudo ocurrir en Texas aquel día). Su matrimonio con Margaret se dirigió hacia el desastre desde la luna de miel, luego con la convivencia con su suegro (un hombre muy propio y testarudo, lo opuesto del carácter de Upshaw), las ausencias de Red por sus “negocios” y las peleas entre los esposos… La unión duró apenas dos años. Upshaw se casó en otras dos ocasiones y Margaret, que había recurrido al periodismo para llevar algo de dinero a casa, se casó con John Marsh en 1925, pero conservó un revólver bajo su almohada hasta que se enteró de la muerte de Red, del que no supo nada desde un día que salió “a comprar tabaco”.
Un saludo.
que actor! maravilloso esa presencia imposible de pasar desapercibido, esta en la historia del cine cualquiera que lo vea en un film no se olvida de su rostro. grande ward segui recorriendo el mundo a traves de la tv siempre viviras eternamente.
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