Mientras las estrellas y los altos directivos de los estudios implicados en Lo que el viento se llevó se desplazaron a Atlanta en avión para el estreno, el grueso del contingente (actores secundarios, la prensa, miembros de la MGM y la Selznick International Pictures…) empleó el ferrocarril, y la comitiva del alcalde acumuló los días 13 y 14 de diciembre de 1939 idas y venidas del aeropuerto y la estación hasta el Georgian Terrace, donde la mayoría tenía habitaciones reservadas.
A pesar de la multitud de detalles de los que había que estar pendientes, casi todo salió según lo esperado. El único susto se produjo cuando llegaron noticias de que el tren en el que viajaba Laura Hope Crews había descarrilado cerca de la localidad de Adairsville, unas 65 millas al norte de Atlanta. Quedaron dañados un vagón, el vagón comedor y el observatorio, pero no hubo que lamentar desgracias personales y el resto del convoy pudo seguir su camino. La intérprete de tía Pitty llegó sana y salva en su destino.
Selznick había decretado que Laura viajara en ferrocarril, pues no le parecía digno de la señorita Pittypat Hamilton hacer uso de métodos de transporte tan modernos como el avión, aunque también es probable que la actriz tuviera una cierta desconfianza hacia las aeronaves. Tal vez después de este susto en las vías, Laura se acordó con nostalgia de la seguridad con la que Tío Pedro guiaba el coche de caballos de la familia…
domingo, 13 de diciembre de 2009
Momento adecuado para pedir las sales
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2 comentarios:
Que irónico!, la casualidad hizo que Laura Hope Crews tuviera ese contratiempo en el tren como si de la tía Pitty se tratara, estoy seguro que echaría de menos a tío Pedro y sobre todo a su tarro de sales,jejeje, saludos .
rubioserrano
...o la "botella para los desmayos";-)
Para Laura, después de tantos años en el mundo del espectáculo, no debió de ser más que una anécdota más entre todos sus viajes, aunque es probable que pensara "con lo bonitos que son los estrenos en el Chinese, tan cerca de casa..." Eso sí, las atenciones del alcalde de Atlanta, con un enorme ramo de rosas para ella en cuanto bajó del tren, parece que le hicieron olvidar cualquier mal trago.
Saludos
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