La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos prestó su total apoyo a la American Foundation for the Blind para que las personas con problemas de visión tuvieran acceso a muchos libros a través del programa de “libros parlantes” (talking books) que se inició en 1934.
Lo que el viento se llevó no tardó en aparecer en este formato: la actriz Ann Tyrrell, que no debutó en el cine hasta 1949, dedicó a principios de los años 40 seis semanas a leer la novela ante el micrófono para que la obra de Margaret Mitchell quedara grabada en 80 discos de 12 pulgadas y doble cara (15 minutos por cara), que se reproducían a 33 1/3 rpm. La grabación, con etiquetas en Braille, se repartía en cuatro cajas y se enviaba por correo a quien lo solicitara; la audición completa ocupaba 40 horas.
domingo, 1 de noviembre de 2009
Con el viento en los surcos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
¿Se sabe si tuvo una buena acogida esta iniciativa?
¡Hola!
Sí. Todo lo que tuviera que ver con GWTW se convertía en un éxito a los pocos días de "salir al mercado".
A falta de cifras concretas, que serían casi imposibles de recopilar, sí hay referencias a una importante demanda de la novela en todos los formatos en las bibliotecas, lo que incluye las ediciones en Braille y en disco. GWTW tuvo una buenísima acogida tanto en tiendas como en bibliotecas, y el servicio de la AFB surtió a miles de personas que ya disponían de los aparatos especiales al efecto y otras muchas que los adquirieron en los años siguientes.
Saludos
Publicar un comentario