Haber trabajado en el guión de So Red the Rose (Paz en la guerra, 1935), que, aunque fue un fracaso de taquilla era una de las más recientes excursiones de Hollywood por el Sur, bien pudo ser una de las razones por las que Selznick alistó a Edwin Justus Mayer para que interviniera en la interminable escritura y reescritura de Lo que el viento se llevó.
Mayer, que nació en Nueva York el 8 de noviembre de 1896 (compartía día de cumpleaños con Margaret Mitchell), pertenecía al subgrupo de antiguos periodistas que miraban un poco por encima del hombro el cine pero que se sintieron atraídos por el salario (sobre todo cuando Broadway les volvía temporalmente la espalda) y acabaron recalando en la Costa Oeste sin perder sus resabios intelectuales ni su combatividad; Mayer estuvo entre los miembros fundadores del Screen Writers Guild.
Goldwyn le contrató como publicista y, dado su buen hacer, pronto le reclamó en Culver City para que escribiera intertítulos. Mayer no abandonó ni la poesía ni el teatro y consiguió un gran éxito en 1924 con The Firebrand, sobre la vida de Cellini, que tardaría unos años en adaptarse al cine, superado el veto inicial de Hays: The Affairs of Cellini (El burlador de Florencia, 1934).
Romance (Romance, 1930), Peter Ibbetson (Sueño de amor eterno, 1935), Desire (Deseo, 1936), The Buccaneer (Corsarios de Florida, 1938), Midnight (Medianoche, 1939), To Be or not to be (Ser o no ser, 1942), A Royal Scandal (La zarina, 1945)… son algunos de los títulos más significativos de su carrera como guionista, en solitario o en colaboración. Falleció en 1960.
domingo, 8 de noviembre de 2009
Edwin Justus Mayer, guionista
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