Los extras, imprescindibles para dar ambiente “auténtico” a una secuencia, distaban mucho de cobrar lo que percibían las estrellas de la película, pero su dedicación al oficio era igual o superior a la de los grandes nombres.
Aunque el sueño de muchos era, y sigue siendo, llegar a lo más alto, los más realistas sabían que la categoría de “actor principal” no era más que una utopía para ellos… pero en medio había amplio lugar para demostrar su oficio y ganarse la vida. Un extra con vestuario propio estaba un escalón más alto que el simple extra, y tener una frase representaba un aumento de sueldo y de escalafón, que podía dar pie a un papel un poco más largo, y, de ahí, a obtener una mención en los títulos de crédito y, luego, quizás, papeles secundarios…
Arthur Tovey, que nació el 16 de noviembre de 1904, es un paradigma del actor sin nombre pero con una filmografía muy extensa, que cubre varias décadas y los más diversos cometidos en el cine.
Cuando suplió a Leslie Howard en los planos largos de Lo que el viento se llevó (cuando Ashley vuelve a Tara tras la guerra, por ejemplo) y ocupó su lugar mientras se preparaban las luces para cada plano, o le tocó correr por las calles de Atlanta durante la evacuación como un anónimo ciudadano, Tovey ya llevaba 17 años en la industria y le quedaban muchos más por delante para pasar casi inadvertido pero cumpliendo con competencia su cometido, a cambio de la magra paga (más la comida) y codearse con los nombres más ilustres de Hollywood sin tener que sufrir las inconveniencias de la fama.
Tovey tuvo otros trabajos, viajante y músico entre ellos, hasta que encontró acomodo entre los extras, todavía en tiempos del cine silente, y apareció en los más dispares lugares en la pantalla: el Egipto de The Mummy (La momia, 1932), donde fue un esclavo nubio y un guardia del faraón en días sucesivos y tuvo oportunidad de “matarse a sí mismo”, el Londres de My Fair Lady (My Fair Lady, 1964), el estrado del jurado en To Kill a Mockingbird (Matar un ruiseñor, 1962) o A Place in the Sun (Un lugar en el sol, 1951), una productora discográfica en Jailhouse Rock (El rock de la cárcel, 1957), un escenario en Intermezzo (Intermezzo, 1939, de nuevo en el lugar de Leslie Howard en los planos largos), el vestíbulo de Manderley en Rebecca (Rebeca, 1940; es el chófer, detrás de la señora Danvers), la película de los hombres leopardo dentro de The Bad and the Beautiful (Cautivos del mal, 1952), una foto en Not as an Stranger (No serás un extraño, 1955, donde se supone que es el padre del personaje que interpreta Olivia de Havilland), a las órdenes de Roma en The Robe (La túnica sagrada, 1953), en el espacio en Star Trek: The Motion Picture (Star Trek -La película, 1979)… y así, en más de un centenar de papeles en cine y televisión, hasta poco antes de su muerte, en el año 2000.
De Marion Davies a Madonna, de Karloff a De Niro, puede decirse que Arthur Roland Tovey los conoció a todos y a todos ayudó con su presencia o una corta frase.
domingo, 16 de noviembre de 2008
Arthur Tovey, doble de Leslie Howard
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